Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


La vida, primer derecho fundamental

24/09/2020

Confieso, sin el menor rubor, que un servidor de ustedes… y de las leyes, no termina de entender, y ni siquiera empiezo a ello, cómo ante una situación de desastre nacional, continental y mundial pueden, unos y otros, andar jugando, mientras la gente se muere a chorros, con conceptos que, estos momentos criminales insisto, que pueden, de formas varias, o múltiples, aumentar el número de víctimas, mortales y no mortales, con millones ya de ellas con gravísimas secuelas físicas para el resto de sus condenadas vidas. Y está pasando. Y es el caso que en España, inexplicable paraíso para la tranquilidad de todo tipo de delincuentes, desde el que roba hasta el que mata o mide la turgencia de determinados panderos, se da la paradoja, peligrosa y en personal opinión punible por quién correspondiese en cada caso, ya van varias veces, al menos dos que recuerde –Castilla-León y Madrid-, en que un juez, buscando proteger no entiendo muy bien qué derechos fundamentales, ha frenado en seco la aplicación, por horas, de normas gubernativas, siempre de comunidades, promulgadas para luchar contra la Pandemia que, por si no lo sabe su señoría, lo mismo se lo puede llevar a él o a sus deudos o, incluso, a un servidor de ustedes, y de las leyes. Y es que amén de no entender la actitud de esos jueces, confieso, también sin rubor alguno, que para mí, para el hijo de doña Maruja, q.e.d., es mucho más importante el intentar salvar una sola vida pandemiada, que frenar las nuevas y algo más duras normas dictadas por Valladolid y Madrid, que el que, un poner, un tabernero pueda vender diez copas más o una boutique un vestido de faralaes. Lo derechos fundamentales, muy señores míos, empiezan por el derecho a la vida y detrás, a distancia, vienen los demás. Lo contrario, ya se sabe, es una boutade oportunista utilizada a conveniencia.
Y así las cosas, con once mil y pico contagiados y 130 muertos por Covid -nuevas cifras oficiales de ayer facilitadas por Sanidad-, pues convendrán y condividirán conmigo, ¿o no convienen ni condividen?, que en España no estamos ni para cachondeos, ni para batallas contra la Monarquía y el Rey, ni para más traiciones del PSOE, eterno traicionero o ¿traicionador?, que sí fue capaz de traicionar a su amada II República y lanzarla a una guerra en las montañas de Asturias, la Generalidad también, imaginen lo que puede terminar haciendo con un Borbón, ni para que una parte de la Judicatura pierda el tiempo en aliviar a la chusma de los golpistas catalanes, para que Sánchez pueda pactar más y mejor con ERC, ni tanto espectáculo y ni tanto esperpento como, desgraciadamente, se está dando, por unos más y por otros menos, en España, pese a los muertos. 
Todo esto, en medio de la peligrosa jugada orquestada por los republigolpistas que rodean Podemos y ERC y demás deleznable tropa para, de una vez, abatir y derrocar la Monarquía, cuya última patada en la piedra angular ha sido las prohibición de que el Rey asista a los actos de los despachos de jueces y, esto es cosecha muy mía como ex miembro de la Legión del Sahara, Tercio don Juan de Austria, el intento de ningunear a las Legión con motivo del centenario de la fundación del Tercio de Extranjeros, que también así la llamamos al menos lo más viejos, efemérides acaecida, ocurrida y acontecida el 20-9-1920. Dios nos asista.