Pobres en el espíritu, mansos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de la justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos por causa de la justicia y los que son insultados, perseguidos o calumniados de cualquier modo por causa de Jesús. perseguidos por causa de la justicia. Una subversión del corazón. Si Jesús fuese simplemente un revolucionario, la conversión no sería del corazón. Llegaría solo a las estructuras políticas. Flor de un día. El cambio de mentalidad al que nos lleva el Evangelio supone un cambio radical de vida, en cómo se piensa y se siente y en cómo se orienta toda la persona. 
Cuando el Evangelio quiere usarse para fines políticos o ideológicos se desnaturaliza y pierde toda su frescura y dinamismo. También eso lo ha hecho la Iglesia en ocasiones.
¿Cómo reconocer bienaventurado al que llora, sufre, perdona y no se defiende en la misma medida y con la misma fuerza? ¿Cómo seguir defendiendo la justicia o soportar la persecución? La cruz es escándalo y las bienaventuranzas son las puertas por las que hemos de transitar. Son la vía dolorosa que nos lleva a la resurrección. Ocho puertas y ocho llaves. Este domingo vamos esponjar nuestro corazón, todo nuestro ser escuchando en comunidad las Bienaventuranzas de san Mateo. Ya podremos leerlas desde hoy, irnos mentalmente al lago de Galilea. Detenernos en un mar en calma y, allí, cerrar los ojos para escuchar las palabras de Jesús. Dichosos, bienaventurados vosotros, tú, cuando desenvuelvas en tu vida todo esto. Con la gracia de Dios.