José Manuel Patón

LA PLUMA CONTRA LA ESPADA

José Manuel Patón


Iglesias, de villano a héroe

17/03/2021

No había otra. Si se quedaba en casa a la diestra de Sánchez, mientras éste no hacía más que ponerle la mano en el hombro para tranquilizarle y pararlo, hundía Podemos. Para Iglesias, su creador, Podemos era su hijo, aunque como padre ha sido un gran maltratador. Ha usado el partido a su conveniencia, lo ha zarandeado, ha sido un guarripey puro y duro con sus compañeros de viaje, hasta el punto que su pequeña creación, le petit Errejón, se fue de casa. ¡Qué va a ser de ti lejos de casa!, diría Serrat. Se ha puesto a sueldo de Rasputin, y se las ha tragado una detrás de otra, mientras el maquiavelismo se chupaba toda la sangre del partido, salvo los puros okupas, antiglobalización, y los convencidos del estalinismo radical. Hoy la mitad o más de los votos de Podemos han ido de nuevo a la casa matriz, PSOE vincit. Pero como en Gladiator, se ha revuelto contra Sánchez y contra sí mismo, aunque esto le puede costar el chalet y el servicio domestico de precio oro. Vestales. Pero sabe que es su única alternativa. Si seguía allí condenaba a Podemos a la muerte, y a volver a ese viacrucis que tenía el partido comunista del 3% o el 4% de votos, arrastrándose en un lateral  apartado de la política. La mitad de los militantes comunistas se pasaron al socialismo, salvo las grandes excepciones como Anguita y otros. El socialismo unifica y chupa la sangre roja de verdad para convertirla en tejido empresarial, repartiendo dinero de los ERES, cargos, etc. El partido comunista siempre luchó contra la socialdemocracia porque su cabeza estaba la revolución estalinista, y desde los perroflautas de la Puerta del Sol, Pablo Iglesias despertó un sentimiento que engrosó las filas de los más románticos revolucionarios. Pero la fuerza de la gravedad te tira al suelo salvo que tus piernas te sujeten. Si Podemos quería sobrevivir, Pablo Iglesias no podía quedarse mientras Nerón prendía fuego a la Roma de Madrid y le echaba la culpa a los cristianos. La solución era esa, ponerse al frente de la tropa, y salir a puerta gayola, para terminar como héroe o como cadáver. La jugada de Sánchez puede haberle salido mal. Aquella guindilla que les metió en el orto a los de Murcia o a Ciudadanos no tenía picante. A Sánchez se le abre un frente difícil, con Iglesias de rival en la izquierda, y una abanderada corajuda Agustina de Aragón, que se llama libertad a la derecha. La Ayuso ya es así, es la resistencia contra los impuestos, la resistencia del 2 de mayo aunque sea el día 4 el elegido. Pero las cocochas del Gabilondo, porque habla con cocochas, no pueden contra el coraje y el arrojo.
No estoy alabando ni a Podemos ni a Pablo Iglesias, ni a su ideología ni a su partido, de los que estoy en el campo contrario, pero hay que reconocer que a punto de venderlo todo por las 30 monedas, en el último momento, un rayo de sol le ha hecho reflexionar. Ahora es o tumba, o por lo menos un sobrevivir, aunque sea con grilletes de Ben-Hur en la galera. Ayuso solo tiene que esperar a que vayan pasando cadáveres por la puerta de su casa.