En plena ola de recrecida inusitada de las tarifas eléctricas –esa ola injustificada, abusada y peor explicada, que amenaza con llevarse por delante muchas cosas, desde la estabilidad económica a la credibilidad gubernamental– en este 2021 de los pesares continuos, la presidenta de Red Eléctrica Española, Beatriz Corredor Sierra, se despacha con un comentario en Twitter que ha tenido múltiples repercusiones, entre otras el comentario en el diario El País del 16 de septiembre, de Jaime Rubio Hancock, ‘Como si fuera 2011’. Tanto como decir ‘Como si fuera ayer’, que es donde muchos conmilitones de la gestión pública se suelen encontrar. Tantas repercusiones sostenidas, como los comentarios de José Blanco López –curioso sucesor de Corredor como ministro de Fomento y Vivienda– sobre el recorte de beneficios de las empresas eléctricas. Él, que como consejero de Enagás cobra 160.000 euros, apoya la tijera del recorte empresarial, pero no sobre su retribución.
Corredor, que fue ministra de Vivienda con Rodríguez Zapatero entre 2008 y 2010, en cuya gestión no dejó un momento memorable que llevarnos a la boca –por más que se señalen algunas medidas legislativas propuestas bajo su mandato–, ocupa desde febrero de 2020 el muy bien retribuido –por encima de 546.000 euros anuales– puesto de presidenta de Red Eléctrica. Su currículo está poblado de regalías, que van desde la concejalía de Madrid en 2007–portavoz de Vivienda–, a la diputada a Cortes Generales por Madrid entre 2019 y 2020 –XIII y XIV legislatura– a secretaria federal de Políticas de Suelo y Vivienda del PSOE entre 2017 y 2020. Incluso ha sido presidenta de la Fundación Pablo Iglesias entre 2018 y 2020 y secretaria de Estado de Vivienda y Actuaciones Urbanas entre 2010 y 2012, tras su paso como ministra de lo mismo. Por no hablar de multitud de canonjías derivadas de su paso por la política: desde el patronato de la Fundación Arquitectura y Sociedad (2010), vicepresidenta del Patronato del Museo Reina Sofía (2020) a consejera de la EMVS de Madrid o presidenta de Sepes.
Pues bien, con esa mochila de valores contrastados, Beatriz Corredor en plena pandemia de la tarifa eléctrica cuelga un comentario, no sobre el problema que debe conocer y ocuparla, del coste creciente de la electricidad final, sino sobre su película favorita. Sí, no se extrañen. Su película favorita, que resulta ser –otra frivolidad inconmensurable– Desayuno con diamantes. Podría haber elegido El pisito o ¡Qué caras están las eléctricas! Pero ha optado, evidentemente, por valorar la frescura de desayunar en Tiffany con lo que le pagan en REE.