Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


Demasiado ruido oportunista

14/09/2020

Anda la Policía Local de la capital un poco ruidosa en los últimos meses, pasada de decibelios en su formato de protesta, manifestándose en la Plaza Mayor. A rebufo de ello, otras policías locales, de la provincia, se miran en el mismo espejo y esperan resultados al tiempo que sacan también sus demandas a relucir, en plena crisis sanitaria, y cuando más necesaria es la presencia de la policía local en la ciudad para cumplir con las normas dictadas por las autoridades.
Vaya por delante, previamente, antes de seguir escribiendo, mi distinción personal entre lo que es el Cuerpo de Policía Local de Ciudad Real, como organización encargada de velar por la seguridad de los ciudadanos y por el cumplimiento de las ordenanzas locales, como institución y lo que es la organización sindical y colectivo de policías locales. Colectivo sindical que, por cierto, ha ido pasando por múltiples siglas y modelos de organización en los últimos años hasta encontrar acomodo a unas reivindicaciones no siempre alineadas con las del resto de funcionarios del Ayuntamiento. Por supuesto nada que objetar a la sindicación, muy al contrario, me parece necesaria. 
La actual reivindicación de la Policía Local de Ciudad Real capital se centra en la necesidad de incrementar la plantilla y no les falta razón, aunque todos sabemos y a nadie se le oculta que lo que subyace en el fondo es un incremento de las retribuciones del colectivo al margen de la negociación sindical del resto de funcionarios del Ayuntamiento. En esta misma columna de opinión ya fue puesto de manifiesto que la capital tiene una ratio de plantilla muy inferior a la media de otras ciudades y que además fue agravado con la jubilación a los sesenta años y el pase a la segunda actividad. La capital necesita un plus adicional de policías porque su población flotante, como ciudad de servicios y centro administrativo de la provincia, así lo requiere en el día a día para atender todos los requerimientos de juzgados, colegios, tráfico, etc., pero esta demanda es una cosa y lo que hace la Policía Local de la ciudad, de la forma gamberra que lo reivindica, petardos incluidos, y el momento en que lo hace es otra cosa bien distinta. 
La creación de nuevas plazas es un acto administrativo que requiere del tiempo necesario para poder garantizar internamente el procedimiento de creación de la plaza y después, externamente, los principios básicos del empleo público: publicidad, mérito y capacidad. No por mucho que se manifieste cada semana el colectivo sindical de la Policía Local en la plaza Mayor los tiempos serán distintos.  Llegar con tambores debajo del despacho de la alcaldesa y tirando petardos, para hacerse oír, sería un acto denunciable para cualquier otro colectivo que lo hiciese sin la autorización pertinente por molestar al resto de ciudadanos. Además de estar prohibidos los artilugios pirotécnicos en la vía pública que ellos mismos deben vigilar. 
En esta pandemia se merecen un reconocimiento especial todos aquellos que han estado en primera línea atendiendo a los ciudadanos. No han sido más importantes los policías locales que los asistentes sociales; ni que los funcionarios de limpieza que diariamente desinfectaban lugares públicos y seguían barriendo las calles; ni que las enfermeras o médicos; ni que las cajeras de los supermercados; ni que los empleados del cementerio municipal. Así, podríamos seguir enumerando muchas otras profesiones, tanto privadas como públicas, que han estado fielmente cumpliendo su trabajo mientras otros confinados estaban en teletrabajo. La Policía Local tiene unos canales, dentro del Ayuntamiento, para realizar sus reivindicaciones juntamente con el resto de los funcionarios y parece poco apropiado saltárselos en busca de un acuerdo franja de carácter económico en beneficio exclusivo y donde se verían perjudicados el resto de los funcionarios. Todo el ruido suena a corporativismo, oportunismo e insolidaridad.