José Luis Loarce

Con Permiso

José Luis Loarce


De Illa a Laporta

26/01/2021

Cataluña está sumida en un grave sinvivir electoral. El domingo se tenían que haber producido las elecciones a presidente del Fútbol Club Barcelona, ahora en manos de una gestora, pero se aplazaron por la pandemia al 7 de marzo (voto postal incluido), por lo que los tres candidatos que pasaron el corte de las 2.257 firmas previas, Laporta, Font y Freixa, tendrán que esperar, mientras el club arrastra por esos campos vacíos la posmelancolía del 8-2 del Bayern. Entretanto, el 14 de febrero se habían convocado oficialmente para la Generalitat, pero el presidente en funciones Pere Aragonès (ERC) las suspendió por la misma razón, con un decreto, dejando como posible el 30 de mayo, si la salud lo permite, claro; sin embargo el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña suspendió a su vez cautelarmente el aplazamiento, después de la impugnación judicial de dicho decreto por dos entidades, de órbita PSC, la Lliga Democràtica y Federalistes d’Esquerres; una suspensión “cautelarísima”, mientras el —hasta hoy martes—  híbrido ministro de Sanidad y candidato socialista Illa, presumía de su tristura y de los buenos augurios del sondeo electoral del CIS: ganador con 23,9% del Parlament. 
«No dirán que es pequeña la cuestión. Salvador Illa no sabía si vacunar al 70% de la población de golpe o ponerse ya a las puertas del palacio del bonito Parque de la Ciudadela y hacerse un tripartito, o lo que venga. El mediático Laporta, que fue político independentista (después de vivir, como presidente, las máximas gestas del club azulgrana) y es amigo del prófugo Puigdemont (no exiliado, señor vice2) también es favorito en las encuestas. La pandemia piafa mutante y desbocada, obligándonos a este repliegue, cuando, oh, aparece la salud como excusa fea, como arma arrojadiza de la política más oportunista.  
Aseguran que el 8 de febrero el tribunal catalán dictará fecha definitiva. Puede entonces haber empezado la campaña electoral o puede que la propaganda haya que tirarla y ERC y JxCat, esos amigos-enemigos, solo unidos por la xenofobia y el independentismo, se crezcan si los magistrados les dan la razón. Puede que algún día Messi ya se haya aburrido de tomar el mate en soledad y haya decidido huir, ahondando la crisis del Barça. Puede que, otro día, la extraña popularidad de Illa no sea tal y alguien apueste también por el sin par Fernando Simón. Puede que acaso Font, otro, dicen, también separata, y segundo en las encuestas, haya enamorado a Messi. O puede que hasta los políticos presos estén ese día electoral en la calle y el independentismo, libre del coronavirus y con la salud catalana a salvo, puedan seguir volviéndolo a intentar. ¿Por qué no?