Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


El dueño del lapicero

15/02/2021

Si la ayuda municipal prevista en abril de 2020 para paliar los efectos económicos del confinamiento, un millón de euros, con un máximo de 3.000 euros por solicitante, la tenemos que estirar para un año que llevamos de pandemia el resultado es ridículo. Si además, el millón de euros para ayudas no se gasta íntegramente y queda un sobrante de casi un tercio, consecuencia de la burocracia, no es que la cantidad destinada al fondo sea ridícula, es que están haciendo el ridículo los políticos del equipo de Gobierno municipal. La situación económica, para empresas y personas, derivada de la crisis obliga a contribuir a todas las administraciones, pero parece que, en este caso, el Ayuntamiento, la más cercana, no lo ha comprendido.
Siempre hay que buscar una salida airosa para salvar las cagadas. Disculpen el lenguaje. Es lo que sucede con el fondo de reactivación en Ciudad Real que, al quedar una parte sin destino, sobrante, ahora se inventan que la parte no adjudicada irá a parar a los hosteleros sin terraza. Nada en contra de los hosteleros sin terraza, que también están sufriendo los efectos. Ahora bien, la pregunta es: ¿cómo puede quedarse sin adjudicar casi un tercio del plan de reactivación del año pasado? Del escaso y raquítico plan de reactivación a la vista de los sucesivos confinamientos perimetrales y reducción de la movilidad. 
Resulta curioso, pero ya nada extraño, ver a los concejales de los distintos departamentos chocar una y otra vez contra el muro de la Concejalía de Hacienda. Detrás de toda decisión que pone en duda la gestión de los concejales al frente de su departamento siempre está el área económica, pero nadie dentro del equipo de Gobierno alza la voz, ni tan siquiera su jefa, la alcaldesa actual. Ya lo dije en su momento, y lo repito ahora: «Vigilarás con esmero a Clavero por ser el dueño del lapicero». 
Es cierto que, en términos generales, la ciudad acusa de forma más suave el efecto económico de la pandemia, comparativamente con otras poblaciones similares, por el efecto funcionarios y trabajadores públicos. Pero igual de cierto es que quienes no son ni funcionarios, ni trabajadores públicos, lo están pasando realmente mal. Y no se trata solo de la hostelería. El comercio en general de la ciudad es el que más pierde. La hostelería hace ruido, con los bares y cafeterías, porque forman parte del ocio y esparcimiento, pero, no es la que más pierde, ni la que más pesa en la economía local. El verdadero perjudicado es el comercio. Un comercio que cada día que pasa en esta situación ve cómo sus clientes compran en las plataformas digitales. Y, cliente que gana la plataforma digital, cliente que pierde el comercio local.
Pues bien, si la cantidad del año pasado de un millón de euros ha devenido escasa y mal repartida, la propuesta política del equipo de Gobierno para paliar la crisis en los presupuestos de 2021 es insignificante. La falta de consenso en la elaboración de un presupuesto municipal, que estableciese los planes de contingencia, para abordar el resultado de la crisis sanitaria es uno de los mayores errores políticos que ha podido cometer el actual equipo de Gobierno y que, sin lugar a duda, le pasará factura.
Después de diez meses de pandemia, y teniendo ya conocimiento de los devastadores efectos sobre el comercio y parte de la población, no recoger la propuesta del resto de grupos políticos para, por ejemplo la creación directa de empleo, propuesta por UP, una mayor dotación presupuestaria de los servicios sociales, o la dotación de mayor cobertura al fondo de reactivación que presentaba el PP, solo se traduce en tener que aguantar un año 2021 de modificaciones de crédito según ocurrencias, como la de dedicar el dinero sobrante a la hostelería sin terrazas. Sin medir, sin cuantificar y sin un análisis previo. ¿Y si no hubiese sobrado dinero? Lo dicho, como ya viene siendo habitual, sin orden y sin planificación. ¡Con la que le está cayendo a la ciudad! Todo eso, sin hablar de la innecesaria amortización anticipada de la deuda a los bancos. Imagínense una familia que se quedan todos en paro y deciden destinar los ahorros a pagar anticipadamente las cuotas mensuales de la hipoteca. Y el futuro, ‘Dios dirá’. Algo sucede en el Ayuntamiento. Es necesario otro compromiso y otra forma de ver la ciudad.