Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


Sin autocrítica

21/06/2021

seis años han faltado muchas puertas a las que llamar para resolver problemas o presentar proyectos. De un alcalde se esperan como mínimo tres cosas: un modelo de ciudad, un modelo de administración municipal y una gestión eficiente de los impuestos disponibles. En las dos primeras no ha existido ninguna propuesta y en cuanto a la tercera, los criterios económicos han dejado un sabor de boca agridulce.
Pilar Zamora se despide del Ayuntamiento con una campaña de marketing y un buzoneo a mitad de legislatura recordando su paso por la Alcaldía. Ha sido la alcaldesa que quería García-Page, fiel y leal, con una buena sonrisa, pero sin carisma. Ha sido una alcaldesa poco viajera, poco ambiciosa para los intereses de Ciudad Real. Se queda de coordinadora del área Económica y de Urbanismo, es decir, sin funciones concretas y en expectativa de destino. 
Se ocupará, según ella misma ha decidido, de las dos áreas donde más discutida ha sido su gestión como alcaldesa.  En una de ellas, la económica, no ha sabido atraer recursos económicos nuevos más allá de los generados por las subidas de impuestos. Su mayor éxito ha sido amortizar deuda municipal a los bancos cuando toda España, Europa, y el resto del mundo, se afanan en endeudarse y en realizar inversiones para salir fortalecidos de la crisis sanitaria. Con planes de inversiones que se corresponden con mantenimientos ordinarios dejados de hacer años anteriores y dejando un comercio local decadente y agonizando. 
En Urbanismo, tampoco la ciudad ha destacado, es más, se marcha sin saber qué es el urbanismo y para qué sirve. Renunció en la legislatura anterior a cambiar el PGOU y deja la misma estructura de barrios y polígonos. Ha faltado ambición para diseñar la transformación de  la ciudad. Los mismos barrios de los años 40 y 50 del siglo pasado, hoy día envejecidos y decrépitos, sin una sola propuesta. No se han utilizado las herramientas a disposición del Ayuntamiento para fomentar la participación privada en el desarrollo de la ciudad, pero tampoco en lo público, con decenas de edificios cerrados y sin uso. Con un centro lleno de edificios ruinosos y solares sin edificar en el corazón de la capital. Se ha practicado un urbanismo exclusivamente de galería. 
Que vuelva Pilar Zamora a presentarse en el 2023, como ella pretende, es algo que se escapa por ahora de sus propias posibilidades. Llegado el momento, el PSOE tendrá que someter a primarias a los posibles candidatos o candidatas, mientras tanto la responsabilidad es la de crear equipos con el perfil político y de gestión que aporten valor a la ciudad, con la experiencia y conocimiento suficiente para ganar la Alcaldía e intentar renovar la ciudad desde una visión más avanzada y progresista, del urbanismo y de la administración municipal, de la que ha tenido el propio partido en estos últimos seis años. Mas renovadora, con planes de desarrollo locales y perspectiva nacional e internacional. Con una utilización eficaz, armonizada y coherente de los recursos y activos con los que cuenta.
Un repaso a los cuarenta y dos años de democracia municipal y a las once legislaturas se lo ponen difícil al PSOE en la capital. Los datos históricos desde el 79 dan la victoria por goleada a la derecha en todas las convocatorias electorales municipales, excepto en el 92 y en el 2019. Un tanteo de 9 a 2 a favor de la derecha o centro-derecha. En el 92 ganó el PSOE con un recién fichado Lorenzo Selas, en la cuarta legislatura, suya y de la democracia. Dos años después el PSOE perdería con Nicolás Clavero todo el rédito político. Y en el 2019 el PSOE es la lista más votada con Pilar Zamora fruto del fraccionamiento del centro-derecha. 
Finaliza una etapa sin una sola autocrítica, sin una sola palabra para quienes depositaron la confianza en esta corporación progresista después de 20 años continuados de gobierno del PP y han visto frustrada toda expectativa de transformación de la capital de la provincia. Se ha centrado todo en una estrategia de seis años en un plan de modernización para 2025 lleno de proyectos inconexos entre sí para el desarrollo de la ciudad y para la mejora de las infraestructuras.  Un power point de última hora para una política en busca de réditos cortoplacistas. Ciudad Real seguirá envejeciendo con los habitantes de la provincia que se vienen a residir a la capital, tendremos la misma estructura de ciudad, y los jóvenes seguirán marchándose.