Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


Fargo

09/07/2021

Cuando tienes el honor de conversar con gente culta e inteligente, te acompaña un profundo pesimismo existencial a posteriori. Son como los mitos que indican que una película profunda debe de ser lenta, aburrida sería más preciso, o como la producción audiovisual moderna que mantiene una profunda equidistancia entre el Bien y el Mal. Basta con ver la última temporada de Sobrenatural, icónica serie sobre los hermanos Winchester, para comprobar cuánto se ha degradado el mundo en 15 años. Si somos justos, es suficiente con ver el reencuentro de Friends tras 17 años para irte al espejo y hacerte alguna pregunta. Con diferencia, Matt Leblanc es el que ha evolucionado de una manera más natural, en resumen que tiene tripa o está gordo; cualquier descripción me vale.

Ese discurrir del tiempo nos recuerda lo sabio que es invertir con inteligencia los ahorros. Un Estado debería ser cauteloso con la deuda, porque es el único actor viable en una situación crítica. La prudencia en el dinero nunca es mala, ya que gastar de más en el presente te limitará con seguridad en el futuro. Una vez realizado el gasto más te vale que haya sido productivo, porque si no serás doblemente pobre.

Las democracias han olvidado esta enseñanza básica al mantener déficits estructurales con una deuda que ha pasado el umbral de lo sostenible. Los economistas más sagaces han inventado el concepto de la Tasa Monetaria Moderna; la cual vendría a decir que el montante de deuda es irrelevante porque el dinero es solo un intangible fruto de la fe en su marca. En resumen, que los países no quiebran.

Las personas con menos talento recurren al pasado y recuerdan que los estados han quebrado en repetidas ocasiones. Los conflictos bélicos, con sus millones de muertos, suelen ser el recurso más útil para inventar una nueva moneda y quitarte la deuda anterior. La muerte es una buena forma de eludir las obligaciones financieras.

Esta alternativa resulta un poco drástica e inquietante, ya que la violencia militar ha conseguido solucionar algún problemilla aunque sea de una manera sangrienta. La pregunta que nos tenemos que hacer es si podemos indefinidamente ignorar nuestras debilidades. Europa dedica todo su talento al ocio y a los nuevos derechos, sin preocuparse de la productividad, el esfuerzo y la innovación. Ninguna sociedad será próspera durante mucho tiempo si no protege a los creadores de riqueza. Los ricos nunca desaparecerán pero los pobres aumentarán seguro.