José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Cabalgata estática

05/01/2021

La proclamada en muchos lugares, distritos, ciudades y poblaciones, como novedad denominada Cabalgata Estática, que no Estética, para los próximos días de las celebraciones festivas que concluyen, da cuenta del estado de redundancia y atontamiento en el que vivimos la Nueva Normalidad bendecida por el gobierno y sus esforzados asesores de comunicaciones varias. Que no sabemos si es más anormalidad insensible que ha crecido por todas las plazas y lugares o una hipotética normalidad sentimental y subnormal que se nos quiere engalanar con nuevos atributos.

 

Lo que si es cierto es que la tradicional Cabalgata de los Reyes Magos, en todas las modalidades imaginables por tierra, mar y aire, que suele celebrarse en la tarde del cinco de enero –vísperas de la festividad de los Reyes Magos–, este año se ha visto alterada de manera fenomenal, por las circunstancias presentes de la pandemia, que limitan aforos, marcan distancias y prohíben aglomeraciones. Como ha venido ocurriendo en otras celebraciones en las que son habituales esas concentraciones de población y que se ha optado, finalmente, por su cancelación lisa y llanamente. Y eso ha ocurrido ya en la Semana Santa de Sevilla, en las Fallas de Valencia y en cientos de romerías populares y pueblerinas. Y nadie, en su sano juicio, ha propuesto –o propuso en el pasado– una Semana Santa estática, unas Fallas Estáticas o una Romería del Rocío igualmente estática.

 

Pero sin solución de continuidad y con tropiezos sintácticos, ha habido una rara coincidencia para celebrar la Cabalgata de los Reyes Magos en ese remedo denominado Cabalgata Estática. Que no se sabe en qué consistirá exactamente. Como si practicar la suspensión fuera un imposible superior. Algunos hablan de un escenario teatral ocupado por los RR.MM y con aforo reducido; otros fijan una galería de los horrores; y otros más, lo ven como un supuesto virtual y a distancia, pero sin movimiento de espectadores y de ahí el estatismo. Pero lo que si refleja ese concepto de Cabalgata Estática es un nuevo oxímoron en la era de los oxímorones crecientes. Todo ello en la medida en que una Cabalgata –como su propio nombre indica– es fruto de un “desfile de jinetes y carrozas que caminan por alguna celebración o fiesta”. Donde queda clara la etimología del cabalgar de toda cabalgata y la vinculación de la cabalgata con el desfile que procede de toda Marcha y por ende de todo movimiento. Es decir, en una Cabalgata todo es movimiento y circulación, frente a la captura actual del pretendido estatismo. Que al fin y a la postre, quedará en una suerte de diorama que finge la realidad por un golpe de teatralidad representada.