En enero de 1993, Fernando López Gómez –ya para su vida y para las artes, Fernando Kirico– realizó la exposición La estrategia del regreso, en la sede del Prado del Museo Provincial. La muestra contó con un elaborado catálogo, con fotos de Miguel Ángel Blanco de la Rubia y con textos de varios amigos –Paco Morales y yo mismo– y próximos, como Helena Casado. Catálogo cuya portada mostraba la dominancia de un azul añil–no se si color regional–, sobre restos blancos troquelados, que señalaban la silueta de una de sus piezas escultóricas visible en la muestra. Ese mismo motivo escultórico dio pie a la pieza rectangular, como pequeño díptico del tarjetón de invitación o como recordatorio de la exposición.
El catálogo de la exposición de Kirico contaba con un texto de la periodista –entonces, su mujer, por más que aludiera al pintor en distante tercera persona– Helena Casado Pérez (HCP), recientemente fallecida de manera súbita el 16 de octubre. Texto denominado El viaje desde aquí. Texto que he releído estos días tras su desaparición y que no deja de ser enigmático si lo contraponemos con el texto que yo aportaba, y que se denominaba Pintando hacia atrás con ira. 
El texto de Helena se abría con un afirmación fuerte, tal cual: «A menudo me pregunto si el drama de Kirico, será Ciudad Real, y su insistencia por esta ciudad». Dando a entender con ello, una suerte de desajuste e inconveniencia entre el creador y su medio: la ciudad que le vio nacer y crecer, y de aquí el drama y su inconveniencia. El cierre del texto de Helena seguía siendo hermético y premonitorio, al concluir con «En todas las vidas hay un drama y cuando le falta también Kirico se lo inventa». Como si la condición del creador, de todo creador, requiriera ese naturalización del drama o de su invención. 
Por mi parte, y jugando en campo contrario, daba pie a un reflexión no sobre el pasado como material pretendido del cauce pictórico, sino más bien sobre su inversa: sobre el pasado y sobre la necesidad de su destrucción para poder seguir avanzado. No en balde el texto se iniciaba con la cita del Angelus Novus de Walter Benjamin, que plantea el dilema del progreso o la disyuntiva de la historia. Se que he coincidido con Helena en otros medios –particularmente, la revista Mancha y plano– a lo largo de los años 80, pero en pocas ocasiones hemos estado tan cerca como en aquellas páginas. El último encuentro lo sostuvimos mi mujer y yo con Helena, el 23 de febrero esperando un tren. Que acabó resultando el último tren de la vida que se va.