Rafael Cantero

Historia en Piedra

Rafael Cantero


Antigua casa solariega

23/10/2020

La calle de los Reyes discurre desde la confluencia de la calle Postas con la calle Alfonso X ‘El Sabio’, hasta la ronda de Alarcos. Es una calle cargada de historia en la que se ha podido observar un legado profundo del patrimonio a través de las edificaciones que ha tenido. En la actualidad, de cuantas construcciones existieron, sólo queda en pie el edificio que acoge el museo López Villaseñor.
La calle Reyes, como indica su nombre, acogió la residencia de familias que pertenecieron a altas esferas de la realeza, incluso en ella se hospedaron reyes e infantes en sus visitas a Ciudad Real.
Entre las familias que tuvieron su residencia en esta calle estaba el marqués de Casa Treviño Gotor, título nobiliario español que fue otorgado el 7 de diciembre de 1789 a Francisco Treviño y Dávila-Ponce de León, ministro del Consejo de Hacienda en época de Carlos IV, que fundó diversos mayorazgos, entre ellos el muy conocido de Sancho Rey.
El antiguo edificio donde tuvo su sede la Real Audiencia y Chancillería de Ciudad Real fue posteriormente residencia del Marqués de Casa Treviño Gotor, quién también contaba con otras importantes propiedades urbanas, como el solar conocido como ‘Huerto del Pangino’, donde en la actualidad se encuentra el mercado de abastos de la calle Postas.
En el último tercio del siglo XIX, el IV marqués de Casa Treviño Gotor, Juan Bautista Treviño y López Guerrero, construyó en un solar existente en la calle Reyes con vuelta a la calle Borja una residencia familiar para una de sus hermanas.
La vivienda que mandó construir, en la foto superior, seguía los criterios de las viviendas señoriales del siglo XIX, generalmente ligadas a una pequeña nobleza terrateniente y agraria. La vivienda se caracterizaba por una gran sencillez y contaba con un portón de entrada apto para el paso de carros y las caballerías, instaladas originalmente en la zona trasera de la casa. El portón tenía dos puertas más pequeñas para facilitar el tránsito de personas. Tras la puerta de entrada se encontraba el vestíbulo de la vivienda como clasificación de visitantes, pues permitía pasar del espacio público de la planta baja a las habitaciones privadas de la planta alta. Era común en este tipo de construcciones la diferenciación funcional entre espacios productivos de la planta baja (caballerizas, establos, servicio doméstico, etc.) de las habitaciones privadas de la planta superior, colocándose las principales en la crujía exterior de la fachada.
La fachada principal que daba a la calle Reyes contaba con una portada de composición clásica como símbolo de prestigio social, que respondía a un modelo habitual de encuadramiento mediante jambas que centran el portón de ingreso y sirven de sostén del muro superior. La portada pétrea constaba de un único vano con un dintel sencillo apoyado sobre dos jambas lisas.  Sobre el dintel, sosteniendo la cornisa, aparecía una repisa con una moldura que se arquea en los ángulos, que soporta un típico balcón acristalado. La sencillez de esta portada era compensada por su tamaño y por las proporciones de sus elementos.
Esta casa solariega construida en torno al año 1880, fue demolida un siglo después, en el año 1981, y sobre el solar resultante se levantó un bloque de viviendas.