Alfonso José Ramírez

Alfonso José Ramírez

Eudaimonía


Cuando la ideología supera a la realidad

18/03/2022

En la actual invasión de Ucrania nos encontramos con un cuadrilátero de actitudes que nos hablan de cómo se configura el mapa ideológico e ideal de la realidad en este conflicto bélico.

Si nos remitimos a la definición de Ideología que maneja José R. Ayllón en su obra El mundo de las ideologías, el concepto de ideología se puede comprender como una visión del hombre y del mundo, siempre esquemática y, por tanto, reduccionista de la totalidad de la realidad, por lo que se construye al margen de la verdad y, pretende ser impuesta por quienes la defienden.

Por un lado, en este conflicto emerge como ideología decimonónica el imperialismo de corte nacionalista, de parte del occidente ruso, que pretende mantener su hemegonía pasada sobre Ucrania pretendiendo mantener su área de influencia al modo del siglo pasado en el que Europa estaba dualmente dividida en dos férreos bloques ideológicos, constituidos tras la II Guerra Mundial y durante la Guerra Fría. Es una ideología de carácter dominante, ejercida a través de la violencia y, se erige en dueña de las libertades ajenas para imponer su modelo de corte imperialista, nacionalista. Muchas personas se han echado la mano a la cabeza concibiendo como impensable una invasión en pleno Siglo XXI, sin embargo, vemos que el viejo imperalismo estaba latente y, ha emergido, cual Leviatán buscando devorar las libertades de su país vecino, para hacer pervivir el viejo ideal del imperalismo monopolizador y dominante.

Por otro lado, la Unión Europea, sin embargo, no encarna una postura ideológica, sino más bien una postura ideal, en el sentido que postula unos ideales, pues ante el avance ruso se perfila desde una estructura comunitaria unida en la defensa común. La Unión Europa ha hecho frente desde sus orígenes a diferentes tipos de unión: económica, territorial, del derecho, de las personas o identidad y, ahora le toca unirse en lo militar-defensivo… Este conflicto, con vías posibles de una Tercera Guerra Mundial, anuncia una reconstrucción de Europa, en el sentido de que se está llamando a sí misma a ser una Unión más sólida, y más compacta desde más sectores, por ello podemos hablar de defensa y construcción de un ideal: la unión comunitaria ante un mismo objetivo.

En tercer lugar, la Europa de la alianza tiene en su seno voces críticas que anuncian y denuncian la vía ideológica del pacifismo y, recalco lo de ideología en el sentido antes enunciado, pues toda ideología es parcial respecto a la verdad o se construye al margen de la realidad, pues en este caso: ¿de qué modo un pacifismo, que promueve una respuesta no-bélica y unilateralmente diplomática sería eficaz en un contexto de ataque e invasión? ¿es preferible dejar que la ideología del dominio se imponga y campe a sus anchas sin ningún tipo de defensa ajustada al ataque? Una ideología de corte nihilista aboga por no ofrecer soluciones viables.

Sin embargo y, en cuarto lugar, ante este panorama, emerge también con inusitada novedad el ideal del patriotismo del pueblo ucraniano y, que si por un lado un ataque invasor podía parecer inconcebible en el S. XXI, cuanto más esta respuesta patriótica, que aglutina a gran parte de su población civil, convocados por el ideal de defender sus derechos y libertades.

Este panorama reúne en sí, por tanto, la confrontación y diferencia entre viejas y caducas ideologías de la destrucción como el imperialismo nacionalista, bañado de barbarie e inhumanidad extrema, frente a un ideal, también viejo, pero alentador, como es la defensa de la patria, de los propios derechos, libertades y soberanía nacional que renace en defensa propia. Colateralmente y, de manera reactiva, se sitúa una cauta UE de estructura comunitaria que se afianza como unión. Finalmente, el cuadrilátero se completa con una ideología que aboga por la no defensa, por un pacifismo sin vías de realismo. Contrastan de este modo la contraposición entre la ideología y el ideal: por los ideales mueren personas y, por las ideologías se destruyen a otras personas, o se induce a la inoperancia irreal.

Otra vez más, en el marco de un episodio desalentador y destructor como es la guerra, podemos acercarnos a la realidad, para poder descifrarla y comprenderla, desde las claves de las ideologías que van contra la realidad misma. Cuando una ideología se antepone a las personas, o a los pueblos y a su propia identidad, el hombre se vuelve un ferocísimo lobo para el hombre.