Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


Pedro Sánchez se enfrenta a los ‘nuevos’ catalanes

16/09/2021

No hay que ser un lince, ni haber asistido a una talega de másteres para (mal) formación de políticos, para no haber advertido que algo, clave, ha cambiado en la manera y forma de ver, ellos, los catalanes, o al menos una buena parte de ellos, todo el problema separatista. Nunca los catalanes, ya fuese en cabo, brigada, general o mariscales de campo… y playa, dejaron escapar, voluntariamente un duro y menos un euro, que sería más, y hace unos días, con el pie puesto ya en el AVE para la cumbre de ahora mismo en que estoy escribiendo estas líneas para un nuevo Yelmo de Mambrino, por fas o nefas renunciaron a nada menos que a 1.500 millonzacos para rehacer el aeropuerto y estar así a la altura de las principales capitales del mundo, como son Nueva York, París, Londres y… Madrid, que es de lo que se trataba.
Y este renunciar a nada menos que esa brutal -hoy se dice mucho- es lo que pone de manifiesto, de manera tonante , radical e innegociable, que los catalanes, bueno esa parte de ellos, ya no se rigen sólo por la pela, que siempre será objetivo, norte y guía de las gentes que sienten son del rincón allén de el Ebro, sino que si hay que perder un buen montón de millones en aras de un objetivo mayor, la independencia pura y dura, pues se pierde, o se deja aparcado, y se siguen con la lucha por el bien mayor. Y la verdad es que para un separatista de ahora, del siglo XXI, sea de donde sea -Barcelona, Vitoria, Santiago de Compostela- no hay nada más importante que seguir en la lucha, a la que se está combatiendo de manera torpe por parte de todos. Y esto por parte de los que parecen llevar tatuado, en la frente, su declaración de principios, Soy Constitucionalista, amén de la adscripción política que hayan elegido para el día a día. Y a estos nuevos catalanes, la mayoría desgajados del arco más radical del separatismo catalán todo, es al que se está enfrentando Pedro Sánchez en estos momentos en que escribo, creyendo, que sus juegos de palabras, incluidas las inventadas por el gabinete ad hoc de Moncloa, y del que, por lo dicho ya, espero poco, muy poco, salvo que, aunque malo, muy malo, pudiese ceder en lo del referéndum, e hijuelas, que, como aquí se ha escrito tiempo ha, personalmente muy produciría la satisfacción que da la tranquilidad del más vale sólo que mal acompañado. Y la verdad es que con esta tropa estamos muy mal acompañados. Pero que muy mal.