José Luis Loarce

Con Permiso

José Luis Loarce


Patriotismo esférico

07/03/2023

Nunca sabremos del todo qué es la patria. Qué forma tiene. Dónde se encuentra de verdad. Quién posee el secreto de su existencia. ¿Es algo más que un rótulo rojigualdo a las puertas de un cuartel? «Es el último refugio de los canallas», dice el personaje de Kirk Douglas en esa lacerante película antibélica de Kubrick, Senderos de gloria. Para el filósofo Savater es la infancia. Para Ramón Andrés, en su último libro de aforismos, son los lectores («un escritor jamás vive el exilio»). Además del título de la aplaudida novela de Aramburu que retrató la miseria moral de una parte de la sociedad vasca. 
Pocos conceptos tan desvirtuados por la historia y los nacionalismos. Tan identificables con un régimen o un territorio. Tan manoseado y seguramente tan imposible de fijar. Tan reivindicado y tan indefinible hoy. Para muchos podrá ser el compromiso con sacar adelante su pequeño negocio y mantener el par de empleados. Será la decencia, la constancia en el esfuerzo, la voluntad de ese sacrificio personal frente a una sociedad líquida. Podrá ser la del empleado público, independiente y profesional, al servicio del contribuyente en todo momento. Será acaso lo contrario de lo que se reclama y reprocha, por parte de los gobernantes («debe todo a España», donde ha nacido y crecido), a la multinacional española de ingeniería civil que fijará su sede en Ámsterdam en uso de su libertad globalizada, pero tampoco lo que se esconde cuando lo más español (tu idioma) deja de exigirse allí donde incluso se persigue, señala o sanciona a quien lo habla o rotula, en el xenófobo cenagal del procés separatista, cuando no se modifican leyes al servicio de sediciosos y malversadores condenados. ¿Y el talento joven español forzosamente trasterrado fuera del país donde también ha nacido y crecido? ¿No habrá que exigir también un patriotismo de arriba abajo?
Hay para quien la patria puede que esté en las copas de balón después de un catering completo, donde el sonido del hielo en el gin tonic tiene la sintonía de la corrupción política hortera y cutre, acompañada de prostitutas y cocaína, como traen estos días los periódicos, y la codicia se guarde en cajas de zapatos. Copas de balón y balones por copas. Esfericidad y excentricidad en el contratipo de lo patriótico. Qué luminosas metáforas de lo real. Donde no anida el menor signo de patriotismo es en las mordidas de los electos a empresarios ni en extraños pagos a dirigentes arbitrales del fútbol.
Patriotismo, en fin, ético y estético. El del trabajo bien hecho. El patriotismo del respeto, la verdad y el acuerdo. «¡Ay, dulce y cara España, / madrastra de tus hijos verdaderos!», en los versos de Lope.