Antonia Cortés

Desde mi ventana

Antonia Cortés


Septiembre

03/09/2020

Septiembre es inicio.  Más que enero. Siempre hay algo que comienza. Puede ser tras una pausa o por vez primera. Las posibilidades que revolotean como las mariposas se suelen definir. Unas veces, para bien; otras, para mal. Cierto, como la vida. Son enigmas que quedan resueltos, hilos sueltos que se cortan o se cosen para buscar el equilibrio, el mismo que necesita un funambulista. Volar.  Las hay de colores, con manchas, con dibujos y solo blancas. También varían los tamaños. Se ven, como tantas cosas, cuando se miran. Estas palabras no son tonterías. Podría hacer una lista de todo lo que está y, sin embargo, la gente no ha visto, no ve ni verá… La cercanía no siempre es sinónimo de poca distancia. No se ve, porque la prisa roba el tiempo a la belleza. Ladrona de instantes que serían dignos de escribir en un cuaderno. Lo malo es que ni conscientes somos de lo que nos está quitando. 
Dicen que dan suerte. Las mariposas blancas. Hasta cinco juntas he contado entre olivos y flores silvestres. Quizá sea cierto. Quizá, no. La alegría del niño al ver cómo se posa sobre una flor produce una sonrisa espontánea y limpia. Tan simple. ¿Es eso suerte? La respuesta es individual e intransferible como las tarjetas de crédito, como los billetes de avión, como el recuerdo de unos ojos serenos al atardecer. Las emociones no barajan dinero. El dinero sí baraja emociones. Frases dichas una noche cualquiera que pasan desapercibidas como muchas lunas, que tienen solo el sentido que se les quiere dar cuando la calma de unas olas tranquilas y espumosas invita a hacerlo sobre la arena fría de la noche.
Septiembre abre muchas puertas porque cierra otras. Se llega al noveno mes del año porque el octavo suele ser más relajado aunque no pare el trabajo, ni los problemas ni las mascarillas, aunque se esté feliz o normal. ¿Qué significa estar normal? 2020 es extraño. Es el año en que la primavera nos ha sido vetada y durante meses las ciudades silenciadas, aunque,  curiosamente, se nos ha regalado el canto de los pájaros. Una ínfima luz en este año encargado de extender demasiada tristeza, la que muchos adolescentes y universitarios aún no han encontrado en sus mochilas. Tomar conciencia. Puede que ahora, cuando vuelvan a abrir sus cremalleras para meter nuevos libros o sacar los viejos, acaricien su rostro. 
Cada uno marca su punto de salida, su meta. Septiembre es partida. Piensen. También es entrada, llegada. Vuelta al reloj de arena para que comience a caer lentamente. Cerrar los ojos, imaginar grano a grano extendiéndose hasta convertirse en un gran desierto. ¿Hay mariposas blancas? En cada una hay un sueño escondido como un deseo en cada estrella fugaz. Marca el principio y lo que podría ser el reto a alcanzar. Entonces, camina, vuela, grita, sueña, cae, levanta, avanza... Dicen que las blancas significan suerte. Es septiembre y aún se las ve volar.