José Manuel Díaz Patón

José Manuel Díaz Patón


¿Pero somos tontos o qué?

05/07/2020

No sé si titular este articulo como El acueducto de Ávila, porque el asunto viene de que Dña. Adriana Lastra publica en su Twitter una fotografía del acueducto de Segovia con un pie de foto diciendo que le gusta visitar Ávila. ¿Habrá sido el navegador? ¿Ha puesto Ávila y el navegador la ha llevado a Segovia y no ha visto el cartelito que hay a la entrada de la ciudad? ¿No sabe que el acueducto está en Segovia? ¿O no ha estado ni en Segovia ni en Ávila? La respuesta positiva a las primeras preguntas nos lleva a pensar que la ‘miembra portavoza’ no sabe ni de cultura ni de geografía. La gente cuando no sabía antes se iba a la Espasa Calpe y ahora a Wikipedia antes de decir una chorrada. Pero las hay más gordas: D. Simón, que aparece como un actor de cine vestido de Marlon Brando en la portada de El País, y que ha sido nuestro líder y mesías durante la pandemia, dijo, -siendo virólogo-, que como mucho íbamos a tener uno o dos contagios. ¡Vaya profeta! Muchas veces es mejor callarse y que la prudencia gobierne tu lengua. Además, añadió que él aconsejaría a sus hijos ir a las manifestaciones sin miedo alguno. 

Pues sí señores, estos son los que nos han llevado a los 47.000 muertos, o los que sean, porque sobre las cifras no se ponen de acuerdo ni ellos. Lo que está claro es que la determinación del Gobierno de abrir las fronteras ha sido un gran acierto, porque la economía nos mata tanto como el bichito. Ahora se toma la temperatura en los aeropuertos, pero sin test ni nada se les deja entrar, por si alguno trae la pandemia darle trabajo al equipo, y tener que destinar dinero público a controlarlos, que según otra política que está en el gobierno ‘no es de nadie’. 

El sometimiento a observación de cualquier persona que entre en España por vía marítima o aérea se viene haciendo desde hace algunos días, pero la resolución donde lo pone tiene fecha de 29 de junio pasado, es decir, la realidad va por delante de las cosas. Y sin embargo en dicha resolución no se advierte a los pasajeros de la necesidad de llevar en la mano, igual que la tarjeta de embarque y el visado en su caso, las pruebas del coronavirus hechas en su país de origen, es decir, pagando ellos que es lo suyo. Eso no nos libra de todo mal, pero tampoco lleva razón D. Simón en que si se ha infectado dos o tres días antes no será fiable. Pues mire Vd. D. Simón, lo normal es que si un pasajero se ha hecho las pruebas con un intervalo de tiempo anterior razonable, el 99% de los que entren, no traigan el polizón a bordo. Las probabilidades de evitar que nos vuelvan a contagiar se reducen muchísimo, y si no en el 99%, será en el 95% o en el 90% de los casos, porque la pandemia ya no circula por Europa como antes, y la medida es muy efectiva, según aconsejan otros virólogos que no son de su equipo, y que no se cansan de salir en los programas de la televisión. 

No me importa que me tachen de repetitivo, pero nuestros capitanes deben tener un mínimo de formación contrastada, no se puede poner a un dependiente de una tienda, con todos los respetos para su trabajo, de Ministro de Fomento, y luego como Pepiño Blanco, subirlo en una puerta giratoria clarísima a consejero de Enagas, junto con José Montilla, el del famoso tripartito que fue el colaborador necesario de Zapatero para romper España. Si les quieren dar un premio que se lo den, no digo yo que no, pero que no pongan a estos personajes a dirigir nada, porque lo inútil, además de inútil, es perjudicial. Pero la verdad, peor fue Montoro que nos metió la mano en el bolsillo.