Rafael Cantero

Historia en Piedra

Rafael Cantero


El desaparecido retablo

11/12/2020

La devoción a la Virgen de la Guía en Ciudad Real viene desde muy antiguo, su imagen recibía culto en la parroquia de San Pedro. Su advocación está muy extendida por casi toda la geografía española y las imágenes con el título de Virgen de la Guía era frecuente encontrarlas dispuestas a la veneración de los fieles, desde los tiempos medievales, en encrucijadas o lugares de paso obligado, bien en hornacinas exteriores, bien recogidas en capillas o ermitas. Esta tradición tiene un enorme significado mariológico, es un signo de la devoción popular por el que se facilitaba a todos los fieles transeúntes el encomendarse a la Virgen con plegarias y oraciones en busca del amparo y la protección maternal para andar el camino.
En la época antigua, el tránsito por los caminos, a pie o en cabalgadura, no estaba libre de peligros y dificultades; por eso los fieles que emprendían viaje acudían a la protección de María. La devoción a la Virgen bajo la advocación de la Guía se relaciona, por tanto, de modo particular, con los caminantes, arrieros, correos, mensajeros, peregrinos, viajeros, etc., quienes la invocaban al emprender el viaje, a fin de que los guiara y librara de los salteadores y demás desgracias que les podía ocurrir por aquellos escabrosos y solitarios caminos.
La imagen de la Virgen de la Guía gozaba de mucha devoción por parte de los ciudadrealeños, siendo venerada en la parroquia de San Pedro Apóstol. La imagen procedía del desaparecido convento dominico de Santo Domingo, era una talla de madera de estilo barroco, de autor desconocido, que se encontraba alojada en un monumental retablo, hoy desaparecido, de estilo churrigueresco situado a los pies de la iglesia, delante, como podemos observar en la fotografía superior, del también desaparecido coro, dando frente al altar mayor.
Bernardo Portuondo, en su obra Catálogo Monumental, Artístico-Histórico de la provincia de Ciudad Real, publicado en 1917, hace una descripción pormenorizada y completa del retablo de la Virgen de la Guía.
El retablo fue construido por suscripción popular en 1765, siendo el conjunto de grandes proporciones y suntuoso. Constaba de tres cuerpos, en el central, en todos sus frentes, contenía unos medios relieves alusivos a la Adoración de los Reyes y pastores, así como a pasajes de la vida de la Virgen. Entre otros muchos detalles, en las esquinas aparecían diversos grupos de ángeles que sostenían los basamentos del cuerpo superior.
La imagen de la Virgen se encontraba sentada en un trono de plata muy labrada, sobre el respaldo del trono figuraba una llamativa aureola de plata sembrada de cabezas de ángeles entre sus rayos. La Virgen sostenía al niño que estaba sentado sobre sus rodillas y que sostenía a su vez, en una mano, un globo dorado y la otra estaba extendida hacia el cuerpo de la madre, abandonando la costumbre de la época de tener la actitud de bendecir. La imagen de la Virgen se encontraba en el interior de un gran templete de cristales y madera dorada.
Tanto el retablo como la sillería del coro sobrevivieron a los vandalismos de la Guerra Civil, sin embargo, el altar e imagen de la Virgen de la Guía fueron destruidos en 1936.
En los años 70 del pasado siglo, coincidiendo con unas obras de restauración de la iglesia de San Pedro, el retablo de la Virgen de la Guía, incomprensiblemente, fue desmontado y con lo que desapareció esta importante obra de estilo churrigueresco construida en el siglo XVIII.