Luis Navarrete

Luis Navarrete


Pepe Macías, ejemplar y punto

05/05/2023

Cuántas comidas de gloria nos has dado, cuánto trabajo, cuánto esfuerzo, cuánta lucha. Eras de los que no se conformaban, diste lustre a la gastronomía de una capitaleja cutre y casposa, de señor de traje gris con camisa blanca y corbata oscura, bigotillo recortado y a su derecha, en un Seat 850 amarillo o blanco, la señora con pelo de peluquería, vestido floreado, collar de perlas y la mano derecha en el asa para que tintinearan las monedas de la pulsera.
Pionero en dignificar, en ser distinto; primero con el nombre, Miami Park. No sabemos si era pretencioso, cachondo o te dejaste llevar por las modas. Qué pintaba en la ciudad del tiznao y el pisto, de la taberna de escupitajo y pienso, un sitio con un nombre tan esnob.
Algún social de la época se preguntaría si quizá aquello era subversivo. Y sí que lo era.
De la calle de la Paloma a la Ronda y vuelta al centro. Decoración y mantel, lujo elegante y cocina sincera. Tratabas a las angulas de tú a tú, como un señor. Abriste la puerta a los de Yo también lubina, a los aristócratas con pellica comunista, a los de la tarjeta inacabable, incluso a alguno que daba lecciones de moralidad y que terminó en las black, no sabemos si por Fernán o por Caballero.
La historia de Ciudad Real pasó de la gamba rebozada a la gabardina, de la Orly a la tempura. Adelantado en una ciudad de aeropuerto sin aviones, de casinos inexistentes en las Vegas, pero del Guadiana, al tiempo que hacías escuela. La mirada puesta en el hereu, maestro de maestros, que como todos los genios nos dejó joven. Pero los Macías no paran y las Macías menos. Otra vez a reinventarse, al tardeo, a huir de la quinta gama y de las salsas imposibles. La escalera, cuesta arriba, pero las fuerzas no fallan. Dignas hijas de su padre.
Curiosa saga los Macías, con un Pitoñi que rebozaba con la misma sutileza que nos suben los impuestos. Creadores de profesionales de la hostelería en un mundo desganado, María, José Luis, Sireno, Juanjo... esto sí que es una escuela de Hostelería.
Has sido, eres, parte de la historia de Ciudad Real. No sé si te deberían dedicar una calle, plaza o pasaje, quizá lo merezca más Rigoberta Menchú o Almudena Grandes, pero nunca nos emocionaron con su cocina. Otra cosa es la política, cosa de suegras.
La ironía de la vida, o de la muerte, ha hecho que nos dejes el día en el que se manifiestan los que no trabajan. Tú que no descansabas, siempre adelante. Los ángeles, los arcángeles y todos los coros celestiales van a comer mejor... y encima los vas a poner a trabajar, Pepe eres la leche.