Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


Cumpliendo

31/12/2020

Se levanta el telón y sale el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, exponiendo su informe de rendición de cuentas del primer año de su Ejecutivo de coalición, analizando el grado exacto de cumplimiento del acuerdo de investidura suscrito con sus socios de Unidas Podemos, cuyo desarrollo se presenta avalado por un grupo de amiguetes ‘expertos’.
En el caso que nos ocupa, debemos dejar claro la distinción entre el nulo cumplimiento de las promesas que hizo a sus votantes en campaña electoral, con el efectivo cumplimiento del acuerdo de investidura con Unidas Podemos. A esto último es a lo único que se refiere su rendición de cuentas, de tal forma que podemos afirmar que el grado de cumplimiento del conjunto de promesas de Sánchez, sí que se ajusta a la realidad del cumplimiento publicitado, si concretamos bien quienes son los destinatarios reales del cumplimiento de lo prometido bajo cuerda. Lo que se puede constatar en la correlativa aceptación y afectación de sus socios de gobierno en la complicidad de la ruinosa gestión de la crisis sanitaria y económica, el derroche, el déficit, los ataques a la Constitución y la propaganda orientada al servilismo adocenado. De este modo, cuando Sánchez, en su máximo nivel de abstracción, dice que está cumpliendo, se refiere a que está cumpliendo con Podemos, Bildu, PNV y ERC.
Igual que existe el escudo antimisiles Arrow, sistema de defensa americano diseñado para interceptar misiles enemigos antes de que lleguen a su destino, instalado en Rota con Zapatero, paladín de la Alianza de Civilizaciones, debería de existir también un sistema que detectara cuentistas, vividores y troleros para intervenirlos mucho antes de que llegaran a su destino político. El sistema se activaría automáticamente con frases o palabras como «la tierra no pertenece a nadie, salvo al viento», o «cumpliendo».
Se cumplen años, se cumple en la cama, se cumplen los contratos y se cumplen completas las penas privativas de libertad. Pero eso de «cumpliendo», así en gerundio, viniendo de cualquier político, y más de un político como Sánchez, implica un alarde propagandístico sin parangón, salvo que también entendamos como cumplida o todavía en fase de cumplimiento aquella promesa electoral del pleno empleo de Zapatero, pese a sus cinco millones de parados.
En la aplicación del Derecho el incumplimiento de las promesas, de las obligaciones, comporta unas consecuencias jurídicas ineludibles. Con los políticos pasa lo contrario; hacen públicas promesas para conseguir votos sin consecuencia contractual, ni social, ni personal por sus mentiras e incumplimientos, incluso con el beneplácito social de mayorías que vuelven a votarlos una y otra vez consolidando su derecho a mentir.
Como muestra un botón. Ahí tenemos a Salvador Illa, después de todo, como premio, será el candidato del PSC a las elecciones catalanas del 14 de febrero. Y seguro que arrasa.