Miguel Ángel Jiménez

Comentario Dominical

Miguel Ángel Jiménez


El brillo de la caridad

05/05/2023

Siempre la Iglesia ha brillado en la caridad, desde el mismo Jesús. Y es que Dios es amor que se desborda, que se entrega en extremo. El amor siempre es extremo. La caridad, -en reflexión, experiencia y acción- es parte esencial de la Iglesia, igual que el mandato misionero. Una Iglesia sin misión ha perdido su identidad. También igual si se debilita su caridad. Son realidades indicativas de la salud de la Iglesia, de si está desarrollando y cumpliendo su misión. Caridad y misión nacen del mismo Dios, de su ser, de su entidad profunda, de su misma naturaleza divina. Él es la fuente y origen. Nuestra referencia al desarrollar la misión y la caridad en la Iglesia son el Evangelio, el mismo Dios. En ello, hay dos cualidades que siempre debemos tener en cuenta. En primer lugar, en la misión, que Dios respeta la libertad y los procesos y progresos personales. La Iglesia ha tenido y tiene la tentación de querer imponerse limitando la libertad personal y de elección. Es una tentación. Es verdad que siempre lo ha hecho pensando en el bien, en la verdad, pero no es justificación suficiente porque Dios también podría imponerse. Él sí que es la verdad, la Iglesia la muestra en Él. Solo Dios es Dios. 
La segunda de las cualidades, desde el amor, es el riesgo de la superioridad, de dar migajas, lo que nos sobra. Muchas veces esa es la acusación y el recelo sobre la caridad. El amor ha de ser entre iguales, rehabilitando y haciendo brillar la dignidad del otro. También buscando la justicia social, que conlleva denuncia. Aquello de 'pon un pobre en tu mesa' pervierte, cuando hunde la dignidad personal porque no busca la justicia ni la transformación de estructuras, a la misma persona y traiciona a Dios. 

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