Sin contemplaciones. A Hungría se le acabó ayer definitivamente la paciencia con los miles de refugiados procedentes de Siria, Pakistán y Afganistán que llegan a sus fronteras y decidió cerrarles el paso. Bajo un fuerte despliegue policial, el país magiar selló su frontera de 300 kilómetros con Croacia, país perteneciente también a la Unión Europea, para evitar el ingreso de migrantes.
La decisión fue tomada en un reunión de emergencia del Gabinete de seguridad con el primer ministro Viktor Orban, según informó la agencia húngara MTI.
Los refugiados que se mueven por la ruta de los Balcanes tienen ahora un nuevo obstáculo después de que Hungría ya cerrara hace un mes su paso de 175 kilómetros con Serbia.
«Hemos introducido un mecanismo de cierre de frontera», afirmó el portavoz del Gobierno, Zoltan Kovacs, en la localidad de Zakany, por donde pasa la vía de tren que lleva de Croacia a Hungría.
El asesor de seguridad de Orban, György Bakondi, señaló que solo el pasado viernes llegaron 6.000 nuevos refugiados desde el país balcánico hacia Budapest.
En el puesto fronterizo de Zakany iba a colocarse sobre la vía, según el plan de la oficina de protección de fronteras, un vagón cruzado, cubierto de alambre de espino, para evitar el tránsito.
Hasta ahora, los refugiados ingresaban a Hungría a través de una ruta que pasaba por Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia y Croacia. Las autoridades magiares los transportaban a la frontera con Austria, que cruzaban a pie.
Para echar más madera al fuego, el ministro del Exterior húngaro, Peter Szijjarto, afirmó que la cumbre de la UE no produjo ninguna decisión que posibilite la protección de las fronteras exteriores de la Unión, por más que en su consideración esa hubiera sido la mejor solución.
Szijjarto subrayó que el país mantiene con Croacia los pasos fronterizos regulares abiertos, aunque con controles más estrictos. No en vano, aunque el Estado balcánico pertenece a la UE desde 2013, Zagreb no es miembro de la zona Schengen de libre circulación, a la que pertenecen Hungría y Eslovenia.
Hace un mes, Budapest ya clausuró los 175 kilómetros de frontera con Serbia con una valla y con ello dificultó el paso de decenas de miles de refugiados. Desde entonces, la mayoría de los que buscan asilo intentaba llegar a Europa occidental por Croacia.
Desde hace unas semanas, Hungría está construyendo también una verja con Croacia.
De hecho, Zagreb traslada a diario a miles de inmigrantes a la frontera húngara y las autoridades locales los llevan hasta Austria.
Ruta alternativa.
Una vez que Hungría ha cerrado el paso de inmigrantes por su territorio, los refugiados se dirigen hacía Austria vía Eslovenia. Así, los primeros autobuses con migrantes alcanzarón ya ayer el pequeño país de la antigua Yugoslavia.
Cinco transportes con alrededor de 300 personas llegaron al paso fronterizo de Mursko Sredisce-Petisovci, situado a unos 50 kilómetros del borde con Austria, la próxima parada de los emigrantes, que en su mayoría trata de llegar a la rica Alemania.
Otros 300 llegaron también al paso de Macelj-Gruskovje, un poco más al sur, según informó la agencia eslovena STA.
Las autoridades de Zagreb anunciaron que, tras el cierre de la frontera magiar, iban a reorientar hacia Liubliana la ruta que usan los refugiados en su huida de países en conflicto en Asia y Oriente Medio hacia Europa.
«Croacia transportará a estas personas hasta Cakovec (en el noroeste), desde donde pasarán a Eslovenia por tres pasos fronterizos, que son Macelj y Mursko Sredisce, por carretera, y Mursko Sredisce por vía férrea», precisó el ministro del Interior croata, Ranko Ostojic.
Por su parte, Liubliana envió a sus fronteras unidades policiales adicionales, mientras que el Ejército brinda apoyo logístico.