El Centro de la Mujer alerta del aumento de denuncias

H. L. M.
-

El servicio de la capital atiende cada mes a 161 mujeres con medidas preventivas, un aumento del 15 por ciento en un año, pese a que las atenciones han caído a niveles previos al COVID

Fachada del Centro de la Mujer en la capital. - Foto: Tomás Fernández de Moya

El Centro de la Mujer de Ciudad Real se encuentra recuperando la normalidad después de los años del COVID y el impacto que tuvo en las atenciones, con un incremento tras el parón del confinamiento, y que llevó a que varias de las actuaciones se hicieran por teléfono. Se trata de un tiempo en el que ya no hay atención telefónica, salvo en aquellos casos en que la víctima se ha cambiado de provincia o país, y en el que desde el Centro de la Mujer apuntan a un aumento de las situaciones de violencia de género que atienden desde Ciudad Real.

«Hay un aumento en las denuncias y más mujeres con órdenes de protección, seguramente por la sensibilización que ha habido estos años, porque la denuncia, en muchas ocasiones, es la única manera de protegerse contra un hombre violento», recordó el director del Centro de la Mujer, Julio de la Cruz. En datos, se ha pasado de atender una media mensual de 141 víctimas a 161 con órdenes de protección, un 15 por ciento más en un año, en este centro que atiende, además de a mujeres de la capital, a la población de Carrión, Villar del Pozo y Poblete. En opinión del director, hay un incremento también por «el efecto de la negación por parte de algunos sectores de la violencia de género».

Hay más víctimas con órdenes de protección en un año en el que la cifra de atenciones ha vuelto a cifras previas al COVID: 3.400 aproximadamente, lejos del récord de más de 4.000 consultas que hubo en 2020, en mitad de la pandemia. «En las cifras de 2021 o de 2020 había números más altos debido al parón que hubo durante el confinamiento y que provocó que parte de las atenciones se movieran a otros años».

Entre los perfiles de quienes acuden a por información jurídica, por ejemplo, hay dos que siguen apareciendo tras el confinamiento y la pandemia. Por una parte, en la memoria, se indica que hay un grupo de mujeres mayores de 60 años que están interesadas en conocer más sobre divorcios y la pensión de viudedad. «Hay muchas mujeres mayores que han roto con ese mito del matrimonio para toda la vida», señaló De la Cruz. «Todos los colectivos son importantes, pero que haya una mujer de 70 años, que diga 'ya está bien' es importante», indicó el director del centro de la Mujer. Por otra parte, hay un grupo de mujeres, menores de 40 años, en las que se unen una serie de requisitos como la vulnerabilidad económica, tener hijos, ser parejas de hecho sin intención de casarse y con un componente de violencia en las mismas.

En la memoria se destaca también el envío de 13 adolescentes al Programa de Atención a Menores Víctimas de la Violencia de Género. Es un dato similar al de años anteriores. «Con las adolescentes el trabajo es el mismo que se realiza con una mujer adulta, pero se suma que hay que trabajar con un sentimiento de culpa que tienen, porque piensan que han hecho algo mal para sufrir la violencia de género», explicó De la Cruz, psicólogo también en el centro. «Si tienen dos relaciones iguales y en las dos ha habido un maltrato, se puede pensar que hay algo en el carácter que atrae a este tipo de personas» y esto puede conllevar secuelas «en el estado de ánimo, o una posible depresión». Por este motivo, De la Cruz apuntó que la clave, cuando se actúa con los adolescentes, es trabajar en «la restructuración de las relaciones de pareja para que sean conscientes de esas concesiones que se han hecho y sepan cómo debe ser una pareja sana, sin control, con respeto y libertad en las relaciones».