Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Normalidad Institucional

16/03/2023

La decisión de La Zarzuela y del propio Gobierno de que la princesa Leonor comience su instrucción militar este mismo año, una vez terminado el bachillerato internacional que cursa en un colegio galés, se inscribe en la más estricta normalidad institucional y es lo adecuado para quien está llamada a ostentar la jefatura de las Fuerzas Armadas, una de las prerrogativas formales que tienen los reyes, junto con el resto que le asigna la Constitución.

Como su padre, el rey Felipe VI, la princesa de Asturias será cadete, guardiamarina y piloto de helicópteros tras su paso por las tres academias militares, Zaragoza, Ferrol -y realizar una singladura embarcada en el buque escuela Juan Sebastián Elcano- en las que aprenderá el funcionamiento de los Ejércitos y sus unidades y el resto de conocimientos estratégicos y logísticos en un plan de estudios adaptado a sus necesidades. El rey, además, cursó una licenciatura en Derecho y realizo un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown. La formación universitaria de la futura heredera aún no está decidida.

Con la aprobación de la carrera militar de la princesa Leonor han salido a relucir todos los lugares comunes que rodean a la milicia, el servicio a España, la disciplina, el sentido del deber, la camaradería entre los miembros de la misma promoción... unos principios y unos valores que se pueden adquirir y desarrollar de igual manera en cualquier otra actividad de la vida civil y que sirven del mismo modo para el desempeño de su futura labor como reina. Insistir en el respeto y la lealtad de los militares a quien será su jefa suprema es un apunte que va de suyo, por cuanto los militares juran el cumplimiento de la Constitución: de todos y cada uno de sus artículos y está fuera de toda duda su compromiso democrático y el servicio al orden establecido. Y tan importante como el aprendizaje de los valores castrenses lo es el de los otros principios que su padre el rey ha puesto en el frontispicio de su Casa, la transparencia y la ejemplaridad en el ejercicio de su función, porque de ello depende que la monarquía sea una de las instituciones más valoradas por los ciudadanos.

La formación militar de la princesa Leonor vienen exigida por sus responsabilidades futuras a las que hay que añadir tanto los efectos políticos como sociales de esta decisión, el hecho de subrayar la continuidad dinástica y de la normalidad constitucional como garante de la unidad y permanencia dela nación española, con la carga simbólíca que supone que una mujer acabe al frente de las Fuerzas Armadas, y el efecto arrastre que puede tener para que otras más se incorporen a los tres Ejércitos.

La discreción con la que ha sido abordada la formación militar de la princesa Leonor, sin la intervención de la parte de Unidas Podemos del Gobierno, no ha evitado las críticas habituales de esta formación y otras del mismo tenor ideológico con cualquier asunto que tenga que ver con la Casa Real, pero mientras no se produzca un cambio en la estructura del Estado -que ahora mismo es impensable- lo deseable es que quien va a ocupar su más alta magistratura adquiera la mejor formación posible en todos los ámbitos de su responsabilidad. Sus primeras clases militares coincidirán con su mayoría de edad el 31 de octubre cuando está previsto que jure la Constitución, en esa fecha o tras las elecciones generales de diciembre.