Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


Sánchez, ¿cómo has visto a tu otro rey?

07/04/2022

Se esperaba. Argelia se ha revuelto contra España para, a base de castigarnos sin gas o encarecerlo hasta lo imposible, hacernos pagar la traición que, vía Polisario y Sáhara Occidental, hoy anexionado por Marruecos, con el tema de la traición de Madrid -Gobierno PSOE- al pueblo saharaui y la rendición del Pedro Sánchez y sus huestes a Mohamed VI y a Rabat. Y es que no podía ser de otra manera estando, como estamos, en un mundo en el que las gentes, y los países, del tamaño y el peso que sea, andan a la greña, y cosas peores como ahora se ve con la invasión de Ucrania por parte del tan llamativo, y parece que no tan efectivo, ejército ruso, que habría sido ya humillado en varias ocasiones, surgidas en los casi cincuenta días que lleva sembrando el terror y la muerte en buena parte de la tierra de los antiguos cosacos Saporoski. Así, con la actitud argelina, que se ha visto traicionada, o al menos muy desairada, por Madrid, el pueblo español, tanto con sus industrias más potentes como con el brasero de la camilla de mi vecina se enfrenta a una crisis moral seria -no creo que la traición de Sánchez sea aprobada por más del 15-20 por ciento de los españoles- y energética peligrosa, ya que el gran suministrador de gas natural, a precios de mercado y quizás algo menos, era Argelia, que mantenía una relación -elegante y práctica- desde hacía ya un buen puñado de años. Pero las cosas son como son y poco se puede hacer ya por cambiarlas. 
Lo que nadie, o casi nadie, puede entender a estas alturas de la película son las razones para que en plena crisis energética, el Gobierno de Pedro Sánchez haya envidado de semejante forma, jugándose, a una carta, algo tan importante y definitivo como el suministro de la mitad de nuestra necesidad de calentar estufas y calefacciones y, a la vez, grandes instalaciones industriales y de transporte. Algún día sabrá el pueblo español, el gran traidor involuntario, quién con tanto poder pudo presionar y ahogar a Pedro Sánchez, obligándolo a arrodillarse mirando a La Meca. Ayer, hoy o mañana o qué más da, ha ido a cenar con Mohamed VI a Rabat. Curiosidad tengo, y conozco a muchos que la tienen también, de saber qué le ha sacado el rey Moro al destacado, moderno y circunspecto líder socialista. Y es que, la verdad de la verdad, veo a Sánchez, y a toda la izquierda socio-comunista de España, entregados a lograr la mayor gloria posible para el chico de Hasán II. Las noticias diversas que llegan de Chafarinas, las fronteras de Ceuta y Melilla, el parón del tráfico marítimo entre ambos países, etc., etc., etc., lo atestiguan. Ojalá no tenga que ir por ahora el rey de España.