Ciudad Real alcanzó la pasada semana los 415.773 test de coronavirus realizados, sobre todo PCR. El 15 de marzo de 2020 se hicieron las primeras pruebas en el Hospital General y desde ese momento la toma de muestras, su análisis y la ampliación de los recursos para detectar el SARS COV 2 no ha parado de crecer, creando circuitos para quienes tienen que realizarse una prueba. 

En un lateral de la zona de consultas del hospital de la capital está ese circuito. En esa zona se cita a contactos estrechos, «personal sanitario o pacientes quirúrgicos», explicó Mamen Camacho, supervisora de Consultas de Enfermería. Hay varios listados y se va llamando a quienes se les ha citado a una hora. 

Dentro les esperan enfermeras como María Isabel Díaz y María Isabel Calahorra, que llevan meses realizando pruebas diagnósticas ataviadas con guantes, bata y gafas. «Veníamos de la planta COVID y UCI por lo que estábamos hechas ya al traje», explican. Su labor ha sido un proceso de aprendizaje en la que la práctica es la clave para tomar bien la muestra. La torunda, el palito que se introduce en la nariz, debe tomar la muestra de la zona nasofaríngea, para lograrlo hay una muesca hasta donde debe introducirse, siempre con cuidado de no forzar. Una vez tomada se parte en otra muesca y queda introducida en un líquido con productos antibacterianos, para evitar la contaminación. 

Ciudad Real realiza más de 415.000 pruebas frente al COVID - Foto: Tomás Fernández de MoyaEste inicio del circuito es lo que se encuentra actualmente en el hospital. Al principio no había nada y hubo que buscar espacios y aprender de quienes habían tenido formación por el ébola. Esos enfermeros enseñaron a quitarse y ponerse el traje y ayudaron a formar también para la toma de muestras. En aquel inicio había enfermeras como Davinia Garrido, que estuvo aquel 15 de marzo en que la consulta abrió por la tarde y se tomaron 85 muestras, 46 de ellas fueron positivas, todos eran sanitarios. «Fue muy triste ver cómo llegaban tus compañeros y estaban hechos polvo, afectados por COVID». La clave, en su opinión, de este año y medio del trabajo en la consulta ha sido que «se han diagnosticado a tiempo» muchos casos, lo que ha evitado que esas personas hayan empeorado.

En los más de 18 meses de pruebas COVID hay momentos de todo tipo. En el inicio apenas había pruebas y casi todas eran positivas. La media de positividad desde el 15 de marzo al 22 de septiembre es del 12,77 por ciento. Además ha habido jornadas maratonianas, sobre todo en la tercera ola. El día que más hubo fue el 20 de enero, cuando se hicieron 3.019 pruebas de coronavirus en toda la provincia. Además, para el recuerdo queda el 15 de enero, el día con más positivos: 826. 

Tras tomar las muestras, el circuito continúa en el laboratorio de Microbiología. En este servicio estaban acostumbrados a analizar PCRs antes del COVID, ya se hacían para unas 20 ó 30 a la semana, ahora son cientos al día. «Casi hemos triplicado el servicio», explica la jefa de Microbiología, Soledad Illescas, pasando de una decena de personas trabajando a unos 30.  En esta zona hay «varios circuitos en función de la prioridad de la muestra», analizando primero las urgencias y dejando para después las de personas que tienen previstas operaciones. Al inicio de las PCR saber si había un positivo puede tardar días, hoy con la mejora del equipo se puede tener en horas. Además, no hay solo más máquinas, sino también nuevos equipos, como los secuenciadores, que permiten conocer las variantes, la Delta es la predominante ahora. «El crecimiento se ha hecho adaptándonos a las necesidades», recuerda Illescas.

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