Después de dos años de obligada interrupción, los amantes de la bicicleta de montaña esperaban con impaciencia el regreso al calendario de una de las pruebas más emblemáticas de la región, además de una de las más multitudinarias. Este sábado la Titán de la Mancha cumplirá su undécima edición, reuniendo en Alcázar de San Juan a más de 2.100 participantes y a unas 300 personas más entre organizadores, voluntarios y colaboradores. Será una gran fiesta del ciclismo popular que, además, se traduce en un impulso económico para la ciudad y la comarca, con una gran ocupación hotelera durante todo el fin de semana. 

Consistirá en dos distancias, la ultra maratón de 212 kilómetros y 2.800 metros de desnivel acumulado, con salida a las seis y media de la mañana del sábado (hay inscritos 350 participantes); y la maratón de 109 kilómetros y 880 metros de desnivel acumulado, con salida a las 08:00 horas (1.700 inscritos). Tanto la salida como la meta, así como toda la infraestructura organizativa estará ubicada en el Recinto Ferial. El recorrido llevará a los ciclistas por lugares tan atractivos como los molinos de Alcázar, de Campo de Criptana, de Herencia y de Puerto Lápice, o los altos del Reventón, Calderina y Fuente El Fresno en el caso de la ultra maratón. 

Lo que comenzó como una quedada nocturna de unos amigos en la plaza alcazareña derivaba en una prueba con solera y con reconocimientos que le llegan hasta del ámbito nacional. José Luis Pinar, presidente del club organizador, CD Alcázar Bikes, reconoce que poner en marcha una prueba de de estas dimensiones exige «mucho trabajo y tiene mucha complejidad», por lo que es necesaria la implicación de los 50 socios del club. Un gran esfuerzo que tiene su recompensa al ser considerada como «una de las diez mejores pruebas de España de estas características», destaca Pinar.