El 3 de diciembre de 1976 Nino Jiménez (29-5-1953. Membrilla) , conocido como ‘Ídolo de Cuatro Caminos’, conquistaba el título de campeón de Europa del peso pluma tras vencer al italiano Elio Cotena en el Palacio de los Deportes de Madrid. Fue el gran éxito de un púgil con un origen muy humilde y cuya biografía se recoge ahora en el libro Nino Jiménez. Vida en tres asaltos, obra del autor madrileño José Miguel Gala.
El boxeador manchego se trasladó de niño primero a Gijón y luego a Madrid, donde realizó sus primeros combates como amateur. Su debut fue en enero de 1973, en una década dorada del boxeo español gracias a los triunfos de púgiles como José Legrá, Pedro Carrasco o Tony Ortiz, entre otros.
La biografía está dividida en tres capítulos y «resume la carrera deportiva del manchego, desde sus prometedores inicios como profesional en la sala Guethary, hasta su retirada definitiva en 1982, tras caer derrotado con el hispano-uruguayo Hugo Carrizo en una pelea por el título nacional», repasa Gala. Dejó un historial de 58 victorias, 9 derrotas y 7 combates nulos. El autor de la biografía no sólo se ha entrevistado con el propio Nino Jiménez, sino que también ha recopilado testimonios de otros compañeros de su generación y artículos de varias hemerotecas deportivas de la época. Además, ha contado con la colaboración de la Fundación Manuel Alcántara, que ha cedido algunas columnas del escritor malagueño sobre el boxeador, en distintas fases de su trayectoria.
Nino Jiménez. Vida en tres asaltos es una auto-edición limitada a 100 copias, que no está disponible en tienda física, pero que se puede encargar escribiendo directamente al autor a la siguiente dirección de correo electrónico: jmgala2020@gmx.es.
Nino Jiménez reside actualmente en Madrid, tiene 67 años y sigue en contacto con amigos del boxeo, con los que suele reunirse al menos una vez al año. Aunque su carrera fue corta, de 1973 a 1982, «es una persona muy querida en el mundo del boxeo», asegura Gala, que entre las anécdotas de su trayectoria recuerda el viaje que realizó a Estados Unidos para acompañar a su amigo Alfredo Evangelista cuando peleó con Muhammad Ali por el Mundial de los pesos pesados en 1977.
A finales de los años setenta fue muy popular en Madrid y mantenía una gran amistad con boxeadores como Urtain, Carrasco o Perico Fernández. «Es una pena que estos deportistas que han sido tan relevantes hace 30, 40 o 50 años apenas sean recordados en la actualidad, y en el caso de Nino, con mayor motivo, ya que es una excelente persona», justifica Gala.
José Luis Serrano, dos veces campeón de España y en la actualidad entrenador y árbitro internacional de boxeo, le recuerda con aprecio: «Aparte de buena persona como boxeador era extraordinario. Estando ya casi retirado, brillaba en los sparring y superaba a boxeadores que en ese momento estaban en su mejor momento», comenta.