Ese es el sacrificio que hizo mi padre. El regalo que tenía para mí». La frase rescatada de 'La vida es bella' bien puede valer para la publicación en la que se ha embarcado José Alberto López para recordar a un vecino olvidado de la provincia de Ciudad Real, Cipriano Salvador, un hombre de letras que por una injusticia tras la Guerra Civil acabó preso en el penal del Dueso, hablando con su hijo por carta, imaginándoselo en sueños, hasta que cuando cumplió ocho años fue liberado. 
Para narrar esta historia hay que remontarse a hace unos años. Cuando López, natural de Almedina, se interesó por el cuadro de Yañez de Almedina que hay en el museo del Prado. Su investigación sirvió para limpiar el nombre de Salvador, preso por robar esa pintura, cuando realmente se había vendido por el sacerdote de Infantes al Prado tras la guerra en 1941, tal y como ha demostrado. 
Tras publicar su tesis conoció en Girona al hijo de Cipriano Salvador, que guardaba mucha documentación de su padre, como un libro ya publicado 'Es Don Quijote el que guía' y que hoy José Alberto presentará en Serendipia a las 18.30 horas. Se trata de un texto que aborda la posibilidad de que el Quijote sea un reclamo turístico de La Mancha, escrito a primeros del siglo XX. También entre esa documentación están las cartas que le envió desde la cárcel, donde hay dibujos en los que se imagina cómo es su hijo, cartas con las que trata de educar a su hijo en conceptos prohibidos tras la guerra como la libertad y un regalo de reyes que Cipriano Salvador realizó junto al resto de presos del Dueso, la mayoría de ellos artistas. El Premio es el título de esta obra que verá la luz gracias a una campaña en Verkami que sigue activa. 
En 1939 cuando lo detuvieron, recuerda López, su hijo estaba recién nacido y «solo lo conoce por carta». Como maestro que era intentó «educar a su hijo en la distancia» para lo que escribía cartas que acompañaba con dibujos de animales o viñetas. Son imágenes «vivas» y «alegres», muy alejadas de la cárcel donde estaba preso, como Guido hace en la película italiana con su hijo para evitarle el horror de un campo de concentración. En el Dueso hay una serie de talleres artísticos y en ellos es donde los presos «se ponen de acuerdo para que un niño de 5 años no se queden sin regalo de reyes». Así, el hijo de Cipriano recibe en casa «un cuento personalizado», con la letra manuscrita y dibujos, que con metáforas enseña la importancia de compartir y de estudiar, entre otras muchas cosas. También a que no debe hacerse poeta, como nota de humor al texto. En este sentido, el libro traspasa la censura porque el mensaje general es que «el mundo es muy diverso» y que «el que más puede tiene que ayudar al que menos puede», dos conceptos difíciles de encontrar en otros aspectos culturales publicados en la década de los 40 en España.  

«Es un cuento de actualidad y una historia preciosa», reivindicó López, quien recuerda que los talleres del Dueso son «un fenómeno» dentro de las cárceles españolas, donde por ejemplo estaba el cuñado de Azaña, Rivas Cherif, quien convenció al alcaide para que les dejara hacer actividades culturales para reducir la pena. Hubo teatro, por ejemplo, dentro de la prisión y otras actividades que «no se han difundido como deberían». Hay que tener en cuenta que 'El Premio' no es una obra de Cipriano Salvador, quien hace de editor. En ella colaboran todos los presos y el texto lo escribe el poeta Luis Díaz Serrano. 

Además de esa vinculación cultural, el texto muestra que hay «una conexión muy fuerte» entre Cipriano Salvador y a su hijo. Le llegó a realizar una postal en la que le dibujaba, tal y como le había visto en un sueño. «Me costó no llorar», explica José Alberto, cuando recuerda el encuentro que tuvo con el hijo de Salvador. «No sabe ni como es su hijo, no lo ha visto nunca y lo quiere, quiere que tenga una educación sin renunciar a sus valores democráticos en ningún momento», aspectos que se ven en los textos que guarda.  

Más fotos:

Con el libro que va a editar Llibres de L'Encobert se podrá ver el cuento original restaurado acompañado con una transcripción con ortografía moderna. El objetivo es que los «padres y madres puedan leerlo a sus hijos e hijas» porque «no ha perdido vigencia». Además, el texto tendrá un epílogo para narrar la historia de Cipriano y su hijo, pero también de la prisión del Dueso, con fotografías, postales y dibujos.