Bueno, pues ya estamos aquí otra vez, como si nada hubiese, o estuviese, ocurriendo en España, en Ciudad Real y en el llamado mundo mundial, que es un mundo en marcha hacia tiempos peores, mucho peores, como no sólo hemos disfrutado hasta hoy, sino que según todo parece indicar, vamos a seguir disfrutando de ahora en adelante. Sobre todo, porque como lo que viene para que sigamos siendo felices con hartura, va a ser gestionado, a todos los niveles, por dirigentes políticos, sobre todo políticos, incapaces, dada su propia mediocridad, de actuar en beneficio de ese mundo general, mundial se dice coloquialmente, ya aludido, que está necesitado de una rabiosa e incontestable seriedad y sentido de la justicia, que nos saque, a todos, de la ciénaga en la que se nos ha ido sumiendo desde hace un par de siglos por lo menos.

De sobra sé, sabemos muchos, que la conjunción de ideas, actitudes, modus operandi globales, etc., es algo que deseamos, pero que vemos como la realidad destruye los castillos y palacios que imaginamos y que, en algunas ocasiones, ha dado la sensación de que habían empezado a recibir piedras sillares y mortero de primera para levantar muros duraderos, pero otra vez los intereses políticos, España; los económicos, Alemania; los comerciales, Francia; los… de cualquier tipo, incluidos y a la cabeza los de los grandes monstruos como Rusia, China, Estados Unidos; han echado por tierra, y no era mucho, todo lo construido en beneficio de un mundo más cercano de la bondad y la solidaridad que de la ira y la violencia.

Sólo la maldad del viejo imperio comunista justifica la invasión de Ukrania; sólo las apetencias de engordar las arcas del comunismo chino, sutilmente difuminadas, justifican la escasa claridad, nula claridad, de la inexistente condena de Pekín hacia Moscú; sólo la falsedad de los restos y desperdicios del comunismo hispano, y sus hijuelas, justifican la labor de zapa de Venezuela y demás países de habla hispana; y aquí, en España, por no alargar, sólo la soberbia de un líder y una formación, -Pedro y el PSOE de Pedro, que no todo- impiden que haya una especie de bloque nacional para la situación excepcional y dura, durísima se atreven a decir ya algunos, que vamos a soportar este invierno… y parte del otoño y la primavera de 2023. Lo demás, COVID, pupas del mono, queda en tono menor por ahora.