Un cumpleaños lleno de incógnitas

Agencias
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La plaza de Las Ventas alcanza su noventa aniversario días antes de arrancar un curso atípico

Un cumpleaños lleno de incógnitas - Foto: Juan Carlos Hidalgo

La Monumental de Las Ventas de Madrid, Bien de Interés Cultural desde 1994 y considerada como la plaza de toros más importante del mundo, cumple hoy 90 años desde su republicana inauguración en 1931, aunque lo celebra rodeada de incertidumbres sobre su futuro más inmediato, con una temporada atípica que arranca, tras el festival celebrado el 2 de mayo, el día 26 de junio después de 20 meses de parón, en la que ha sido su más larga, y única, etapa de inactividad tras la Guerra Civil.

Fue en 1919 cuando el arquitecto José Espelius recibió el encargo de diseñar un nuevo coso taurino para la capital de España por parte de la empresa Nueva Plaza de Toros de Madrid, formada por la familia Jardón, famosos potentados de origen asturiano. Los planos originales llegaron también a ser revisados, y de manera entusiasta, por el torero Joselito El Gallo, quien, como la más poderosa figura de su tiempo, estaba implicado en la creación de plazas de mucho mayor aforo a fin de abaratar el precio de las entradas y acercar así a los tendidos a las clases populares.

Pero ni Joselito, muerto por una cornada en Talavera, ni Espelius, llegaron a ver concretado un proyecto que, al mando del arquitecto Muñoz Monasterio, se desarrolló en unos terrenos distintos a los de la ampliación del Paseo de la Castellana pensados en principio para su ubicación. Allí, años más tarde, se levantaría el estadio Santiago Bernabéu.

La nueva plaza monumental -la tercera levantada en España, tras las de Barcelona (cerrada por imposición política) y Sevilla (derribada poco después de su construcción por defectos de obra)- encontró su definitiva ubicación en Las Ventas del Espíritu Santo, un arrabal del noroeste de la capital, que la Diputación de Madrid cedió a la empresa que construyó el coso. La zona elegida era tan agreste que, por las ingentes obras de desmonte que exigió, se tuvieron que ampliar los plazos de su construcción, que alcanzó un coste de más de 16 millones de pesetas.

De aspecto neomudéjar que, con ladrillo visto y cerámica talaverana -el perímetro está adornado con los escudos de todas las provincias españolas- envuelve su estructura de hierro forjado en los altos hornos bilbaínos y sus tendidos de piedra colmenareña, la plaza estaba ya terminada en 1929, fecha que figura en su puerta grande, aunque la Diputación monárquica decidió retrasar su inauguración hasta que no se urbanizaran los exteriores. Pero fue dos meses después de proclamarse la II República cuando Pedro Rico, como alcalde de Madrid, decidió abrir sus puertas de manera precipitada y un tanto oportunista para dar un festejo a beneficio de los parados.

A pesar de los atascos y los problemas del público para llegar al nuevo coso, aquel 17 de junio de 1931 se llenaron las más de 23.000 localidades de la que se distinguió como la mayor plaza del mundo -hoy es la tercera tras la de México y la venezolana de Valencia-, contando incluso con la presencia del presidente republicano Alcalá Zamora.

En el cartel de la inauguración, festoneado con la bandera tricolor, se anunciaba la lidia de ocho toros de distintas ganaderías a cargo de otros tantos diestros, siendo el vasco Diego Mazquiarán Fortuna el encargado de estoquear a Hortelano, de Juan Pedro Domecq, primer astado que pisó el inmenso y nuevo ruedo de Madrid en una tarde que solo quedó en la Historia por la efeméride.

Salvo otras dos corridas en 1933 y mientras la temporada se seguía celebrando en la plaza de la carretera de Aragón -situada desde 1874 donde hoy está el Wizink Center-, Las Ventas no volvió a albergar más festejos hasta octubre de 1934, coincidiendo con la reaparición del mítico Juan Belmonte, que se encargó ese día de cortar un rabo.

Durante estos 90 años, el edificio ha sido sometido a posteriores obras y cambios, como el túnel de acceso a la enfermería o la sustitución por bloques de cemento de los originarios asientos de madera de gradas y andanadas que ardieron en el gran incendio desatado la noche del 7 de julio de 1963.

Recientemente, y tras el fracasado intento de instalación de una cubierta desmontable, se han vuelto a llevar a cabo más trabajos de rehabilitación en el edificio, aunque aún sigue pendiente de aprobación una gran obra que adecúe sus tendidos y accesos a la actual normativa de espectáculos, lo que no permite la celebración en su ruedo de otros muchos eventos que, aparte de los taurinos, la plaza siempre albergó, tanto musicales como deportivos.

A la espera de que los toros de Victorino Martín salgan al ruedo el 26 de junio, en una tarde en la que se acartelan Manuel Escribano, Sergio Serrano y Fortes, la temporada venteña, la del 90 aniversario, sigue en el aire, aguardando que las restricciones por la pandemia se rebajen y puedan acceder más de las 6.000 personas permitidas para ese primer festejo.