España tiene hambre

Agencias
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Luis Enrique apuesta por la 'revolución de la juventud' y luchará por la segunda estrella

España tiene hambre - Foto: ALBERT GEA

De la «evolución», como definió Julen Lopetegui a la selección que se presentó en el Mundial de Rusia 2018, a la 'revolución' liderada por Luis Enrique en este Mundial. El entrenador de la Roja hace en esta ocasión una clara apuesta por la juventud con una media de edad en el combinado nacional de 25,3 años. Solo quedan cuatro 'supervivientes' de la última Copa del Mundo. Y con esa mezcla, la consigna está clara: ser campeones.

España será el tercer equipo con la media de edad más baja en el Mundial tras Ghana (24,7 años) y Estados Unidos (25,2). El asturiano ha dado vía libre a un grupo de jóvenes encabezado por Pedri que juegan con un descaro impropio de su edad. De los campeones del mundo en 2010 ya solo queda Sergio Busquets como último representante del mayor éxito de la historia de la Roja.

Del último Mundial, Rusia 2018, son solo cuatro los internacionales que siguen teniendo protagonismo en la selección: Dani Carvajal, Jordi Alba, Sergio Busquets y Marco Asensio. Luis Enrique siempre abogó por una España de puertas abiertas, premiar a los que mejor momento de forma exhiben, siempre y cuando entren en su estilo.

De un Mundial a otro nada queda en la portería. Ahora sin debates, eso sí. Con la confianza ciega en Unai Simón y Robert Sánchez más David Raya aceptando de buen grado su papel. Rusia fue la última competición que jugó David de Gea como titular antes de que el 'míster' llegara al cargo y fuese perdiendo progresivamente la confianza en el portero madrileño. En aquella cita Kepa y Pepe Reina completaron la lista.

España llega a Qatar con la revolución de Luis Enrique impulsada por la ilusión de Gavi (18 años), Alejandro Balde (19), Pedri y Ansu Fati (20), Eric García (21), Ferrán Torres, Nico Williams, Yéremy Pino y Hugo Guillamón (22). Un ramillete de talento joven con experiencia en grandes partidos con sus clubes pese a su edad, que disputará esta cita sin miedos y con ganas de comerse el mundo. Y el Mundial.