Cruz Roja vuelve a la normalidad con un proyecto educativo

Hilario L. Muñoz
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El programa de la entidad se celebra en seis municipios y atiende a más de un centenar de estudiantes con el objetivo de garantizar la igualdad de oportunidades a todas las familias de la provincia

Cruz Roja vuelve a la normalidad con un proyecto educativo - Foto: TOMÁS FERNÁNDEZ DE MOYA

Un primo político fue la puerta de entrada de la hija mayor de Prado Herrera a Promoción del Éxito Escolar, un proyecto de Cruz Roja que sirve para asentar una de las grandes bases de la educación como es la igualdad de oportunidades. «No nos podemos permitir clases particulares y aquí cualquier duda que tienen se la resuelven». El proyecto le fue tan bien que en clase está su hija pequeña Ainhoa, siguiendo los pasos de su hija mayor, que ahora está en cuarto de la ESO «gracias» a la encargada del proyecto en La Granja.

«Son aulas multiculturales y aquí no ven si eres de una etnia o de otra, todos ven niños y compañeros», explicó esta vecina del barrio, quien recuerda que esta iniciativa permite contar con un espacio «en el que hacer sus deberes, jugar y merendar». Se trata de un aspecto de equidad, para estas familias cuyos recursos económicos no permiten sufragar academias o profesores. «No puede ser que estudien solo los niños cuyos padres se lo pueden permitir: nuestros hijos también tienen derecho», resume Herrera como muestra de los objetivos del proyecto.

Desde hace cuatro años participa en Promoción del Éxito Escolar Tania Camuñas. «Le ha ayudado mucho en los estudios», sacando mejores notas y viendo la posibilidad de lograr el título de la ESO, incluso en los años del COVID en que este recurso siguió dando clases por la igualdad. En estos años ha hecho tarea, leído y, «a veces», se ha divertido con el rato de juego que tienen.

Tania Marín, en el aula de Promoción del Éxito Escolar, que se desarrolla en el Centro Social La Granja.Tania Marín, en el aula de Promoción del Éxito Escolar, que se desarrolla en el Centro Social La Granja. - Foto: Tomás Fernández de MoyaComo voluntaria entró hace seis años en el proyecto Tania Marín, quien lleva años en el centro social de La Granja ofreciendo sus enseñanzas a una veintena de chicos del barrio, principalmente. «No conocía el recurso y sus prácticas», pero una clase en este proyecto le mostró ese lado de la educación en que los participantes van «mejorando» en el aula, pero también en casa, con las relaciones que se forjan y la ayuda en el estudio. «Hay muchos padres que no pueden ayudar a su hijo, no saben leer y escribir, o español, cómo van a ayudar a sus hijos a una simple multiplicación», explica Tania. Cruz Roja ofrece todas las tardes, en días lectivos, este recurso. «Si no hay clase, no hay promoción del éxito escolar», entrando de lleno en la rutina familiar.

Uno para la adolescencia

Hay siete dispositivos de Promoción del Éxito Escolar en seis asambleas locales: Ciudad Real, Manzanares, Daimiel, La Solana, Socuéllamos y Tomelloso. Solo en la capital hay dos recursos de este tipo en la sede de la calle Caballeros y el de La Granja. Todos forman de manera similar, con una clase que comienza a las 16.30 horas, «realizan sus tareas, estudian y sus lecturas», y a las 18 horas se merienda, con una comida que proporciona Cruz Roja. Luego hay un momento de ocio y tiempo libre, con juegos y deporte, bien en el aula o en espacios deportivos cercanos.

Además de la particularidad de la capital, hay un recurso que tiene adolescentes, el de Tomelloso, donde se trabaja con jóvenes de 12 a 18 años, en el paso de la ESO al Bachillerato, repartiendo las clases a lo largo de la semana. Victoria Sandu y Ana María Martínez son las dos encargadas de este recurso, que trabaja en «una edad más complicada», tratando de que la igualdad de oportunidades vaya más allá de la ESO. Se trabaja no solo en el aspecto educativo, sino también en la prevención de drogas, los hábitos saludables, las relaciones sexuales, las laborales y en aspectos de ocio o igualdad, con la intención de que ganen habilidades sociales y mejoren su modo de relacionarse con el entorno. «Hay una notable mejoría en los estudios entre quienes participan en el proyecto». Esto no significa que logren el aprobado de forma garantizada, pero sí superar «dos o tres asignaturas» suspensas. Un ejemplo de que el programa funciona es que algunos de los participantes «se quedan» como voluntarios, no pierden el vínculo, y acaban formando parte de este trabajo en busca del éxito escolar de la sociedad.