Isabel Ferrero despliega toda una trama creativa

D. A. F.
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El Museo del Quijote alberga hasta el 11 de diciembre la exposición 'Armario sin fondo', donde la artista recurre a una gran variedad de disciplinas, como poesía, pintura, escultura, instalación o fotografía

Isabel Ferrero, en medio de algunas de sus piezas. - Foto: Tomás Fernández de Moya

El Museo del Quijote alberga en su sala temporal la exposición de Isabel Ferrero Armario sin fondo (hasta el 11 de diciembre), en la que la artista se vale de la poesía, la escultura, la pintura, la fotografía, el videoarte, el bordado, la instalación y prácticamente de cuanto su imaginación ha sido capaz de invocar para lanzar una reivindicación de la sensibilidad y el color, pero también de los sentimientos y las preocupaciones en clave de mujer. La artista lo define como «un circuito emocional basado en la simbología del color», puesto que cada elección cromática en una pieza implica un estado emocional concreto.

«El gris es la dualidad, la confusión, el conflicto; el negro es la oscuridad, la desesperación; el rojo la vitalidad, el movimiento, la energía, la pasión; el azul, la esperanza, el amor; el dorado, el paso del tiempo, lo transcendente; y el multicolor, la renovación, el tiempo del crecimiento», refiere la artista.

Un elemento presente en toda la exposición es la poesía, poemas escritos por la propia Isabel Ferrero, a partir de los que elaboró todo un proyecto artístico que le ha llevado un año hasta su materialización. Estos poemas serán objeto de una presentación posterior en forma de libro cuya fecha está cerca de concretarse, reconoce la autora.

Un segundo rasgo definitorio son lo que Ferrero denomina «mujeres almohada, están hechas con prendas íntimas de otra etapa vital anterior que he querido reciclar». Con esta construcción representa, a la mujer que «se adapta, flexible, que se presenta como cuerpo, no tienen cabeza ni extremidades, se pueden estirar, una simbología con la que represento a la mujer que vale para todo».

Cada una de estas 'mujeres almohada' se asocian a una pintura o una instalación de madera y telas con una evidente identidad de color, que sirve para ir haciendo progresar al espectador por el cuadro de sensaciones que plantea Ferrero, desde el ejemplo de la mujer florero al cáncer de mama.

Otras piezas escapan de este esquema para permitir al visitante 'trastear' con una colección de fotos de mujeres artistas o contemplar una pieza de videoarte que estará en bucle toda la exposición.