"Nos enfrentamos a una ola negacionista del machismo"

A. Criado
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La vicepresidenta de la Diputación afirma que "la educación sexual debe dejar de ser un tabú para convertirse en una realidad que ayude a que nuestros jóvenes se enfrenten a la sexualidad de una manera igualitaria"

Petra Sánchez Bonales, vicepresidenta de la Diputación de Ciudad Real - Foto: La Tribuna

¿Qué papel juega la igualdad en las políticas que desarrolla el equipo de Gobierno de la Diputación de Ciudad Real?

La igualdad se aplica de manera transversal en todas las políticas que desarrollamos en la Diputación. El presidente, José Manuel Caballero, insiste mucho en que la igualdad debe estar presente en cualquier acción que pongamos en marcha y debemos desarrollarla desde todas las áreas, porque la única manera de lograr una igualdad real entre hombres y mujeres es entendiendo que afecta a todas las facetas de la vida, desde la laboral y la social a la más personal.

Por otro lado, las políticas específicas que desarrollamos desde el Servicio de Igualdad siempre están basadas en tres pilares: la concienciación a través de campañas informativas y pedagógicas; el apoyo a las mujeres y a su desarrollo vital y profesional, sobre todo en los pueblos más pequeños; y la atención a las víctimas de violencia de género a través de la Casa de Acogida que gestionamos.

Los avances logrados en los últimos años son innegables, pero la pandemia ha evidenciado que aún queda mucho camino por recorrer.

Creo que no debemos perder la perspectiva de todos los avances que hemos logrado en los últimos años. Eso nos da fuerza para afrontar todos los retos que en materia de igualdad de género tenemos por delante. Durante la pandemia y el confinamiento, por ejemplo, se hicieron más evidentes las cargas de cuidados que soportamos las mujeres y que nos dejan en una situación de desigualdad frente a nuestros compañeros hombres. Es importante que se logre una concienciación social en este sentido. Las tareas del hogar y los cuidados son cosa de todos.

¿Cuáles son los principales obstáculos que hay que superar para lograr una igualdad real y efectiva?

Hay una tradición cultural muy asentada en nuestra sociedad que está impuesta por el patriarcado y con la que todas y todos hemos crecido. Ese es el obstáculo más grande. Identificar los pensamientos, comportamientos o comentarios machistas que todas y todos en algún momento podemos desarrollar, ser capaces de desaprender y saber aplicar el feminismo en todas las facetas de nuestra vida deben ser los pilares sobre los que debemos trabajar. Ese autoanálisis es fundamental para poder aplicar después con total convencimiento social políticas de género en todos los ámbitos de nuestra sociedad y que cada uno sea capaz de desarrollarlo desde su papel. A partir de ahí, podemos avanzar con mucho más empuje y unidad.

Ahora nos enfrentamos a una ola negacionista del machismo que no podemos dejar que tome el protagonismo y que nos haga retroceder en todo lo que hemos logrado. Ese obstáculo solo lo podemos superar si estamos convencidos de que de todas y todos depende lograr la igualdad de género y, sobre todo, que a todas y a todos nos beneficia que esta igualdad se consiga.

Las desigualdades se hacen más evidentes en el mundo rural. ¿Qué actuaciones lleva a cabo la Diputación para acortar la brecha de género en los pequeños municipios?

Las desigualdades son mucho más evidentes en el medio rural por un simple motivo: las mujeres rurales se enfrentan a una doble discriminación, la de ser mujeres y la de ser rurales. Sin embargo, existe un prejuicio contra el que debemos luchar porque el feminismo tiene una base muy potente en nuestros pueblos. Son las mujeres las que históricamente han dinamizado la vida en los pueblos y han tomado la iniciativa a nivel laboral, familiar y personal, siendo fundamentales en el desarrollo económico, cultural y social de los municipios.

Desde la Diputación desarrollamos líneas de apoyo específicas para apoyarlas en su desarrollo profesional y vital y para acercarles todas las políticas de género a sus pueblos. Esto forma parte también del compromiso del presidente de la Institución provincial de garantizar los mismos servicios y oportunidades a todos los vecinos y vecinas de la provincia vivan donde vivan y, entre estos, se encuentran por supuesto los de igualdad de género.

Reforma laboral, incremento del SMI, equiparación de los permisos por nacimiento y cuidado de lactantes… ¿Considera que estos cambios legislativos pueden ayudar a reducir la brecha existente en el ámbito laboral?

Por supuesto que sí. Contamos con un Gobierno de España absolutamente comprometido con la igualdad en la línea de lo que ya estamos haciendo a nivel regional, provincial y local con muchísimos ayuntamientos. Acabar con la brecha en el ámbito laboral es fundamental porque la independencia económica es uno de los principales elementos que empoderan a las mujeres para lograr una igualdad real. En este sentido, la reforma laboral y el incremento del SMI son fundamentales. Por otro lado, la equiparación de los permisos por nacimiento y cuidado del lactante es una cuestión de justicia y tiene mucho que ver con esa carga de cuidados que llevamos sobre nosotras las mujeres de la que hablaba antes.

¿Cree que es necesario poner en marcha más recursos desde lo público para favorecer la conciliación familiar?

Debemos saber afrontar la conciliación desde una perspectiva feminista y esto puede parecer una obviedad, pero no lo es. Hasta ahora, cuando hablamos de conciliación suelen ser las mujeres las que tienen que adaptar su vida laboral y personal a esta conciliación mucho más que los hombres. Las reducciones de jornada para el cuidado de menores, mayores o personas dependientes suelen ser más solicitadas por mujeres y esto nos ofrece un rápido diagnóstico de cómo está la situación. Hay que poner en marcha más recursos para la conciliación, pero no debemos hacerlo de cualquier manera sino desde una perspectiva feminista que suponga que el cuidado de los hijos o de otros familiares mayores o dependientes sea compartido entre hombres y mujeres. La conciliación debe convertirse en una oportunidad para lograr la igualdad de género y no en una brecha de desigualdad.

La violencia machista es la expresión extrema y más cruel de la desigualdad de género y a pesar de los esfuerzos de las administraciones, las cifras siguen siendo alarmantes. ¿Qué está fallando en la lucha contra esta lacra social?

En primer lugar, debemos entender que la lucha contra la violencia ejercida hacia las mujeres es una responsabilidad que tenemos que afrontar entre todas y todos. Creo que a veces ponemos demasiada responsabilidad en las víctimas para denunciar y pedir ayuda y no en el resto de la sociedad que presencia esas conductas de violencia machista o en los propios agresores a los que apenas nos dirigimos. La concienciación, la prevención y la implicación de todos y todas son la pieza fundamental.

Una vez que la violencia desgraciadamente se ha producido, debemos atender de manera integral a las víctimas y actuar de forma contundente frente a sus agresores. El respaldo social es vital y, en muchas ocasiones, hace falta más formación en perspectiva de género en todos los entes que en algún momento del proceso tratan con las víctimas como el policial, el sanitario, el judicial o incluso el entorno familiar y social. En segundo lugar, es muy preocupante ver cómo el negacionismo de la violencia machista está calando entre los más jóvenes cuando son precisamente ellos y ellas quienes son el pilar sobre el que vamos a construir un futuro libre e igualitario.

La educación es clave y desde el Gobierno plantean, por ejemplo, que el currículo contenga contenido en materia de educación sexual de manera obligatoria. ¿Está de acuerdo con esta propuesta?

Como he comentado antes, es muy preocupante que el negacionismo de la violencia machista esté calando entre los más jóvenes y esto debemos afrontarlo desde la educación. Los jóvenes son el presente y el futuro de la sociedad y la educación es clave en este sentido. La educación sexual debe dejar de ser un tabú para convertirse en una realidad que ayude a que nuestros jóvenes se enfrenten a la sexualidad de una manera igualitaria. Hay estudios que indican que la mayor parte de la formación que reciben los chicos viene de la industria pornográfica, donde en muchas ocasiones las mujeres son tratadas como objetos y donde no se establecen relaciones de igualdad. No podemos permitir que estas sean las primeras impresiones que tengan y que luego éstas se apliquen a su vida sexual sin respetar las decisiones de su pareja o desarrollando comportamientos violentos. La educación no solo son los contenidos más tradicionales, por decirlo de alguna manera, del currículo, sino que también debemos incluir valores de respeto, libertad e igualdad.