La rúbrica de los alcaldes del Campo de Calatrava del pasado miércoles para poder garantizar a su población el suministro de agua en un futuro no muy lejano da razones para la esperanza. No siempre las estrategias de partidos son muy conformes a compartir foto por muy noble que sea la causa. En clave social sí, como violencia de género (no todos), catástrofes humanitarias, actos conmemorativos o aniversarios suelen desfilar en la misma línea, tanto los que gobiernan como los que están en la oposición. Es normal, por otra parte, que la mayoría de los gobernantes intenten buscar réditos a su gestión; lo que coloquialmente se llama 'ponerse la medalla'. En estos próximos meses, -si es que no ha empezado ya-, será una constante la reválida a la que se someten los propios partidos sobre la legislatura de ámbito municipal y autonómica que llega a su final. Es lógico que busquen el voto por los logros cosechados y la oposición le afee con más o menos acierto y estilo las asignaturas pendientes. 
En materia de agua, el Gobierno regional parece que lo tiene claro. Emiliano García-Page se ha esforzado por sacar un acuerdo con toda la sociedad, incluida la oposición, y redactar un pacto por el agua, aunque a veces se lo tiren a la cara. Pero escrito está su posición y sus anhelos, en especial a lo que se refiere al trasvase Tajo-Segura, principal motivo de desacuerdo interregional, de partidos y de gobiernos. Aunque desde Ciudad Real se vea la cuestión del Tajo como un río lejano, ya no lo es. Desde el momento que la Tubería de la Llanura Manchega conduce el agua hasta las primeras localidades receptoras del primer ramal como Socuéllamos y Pedro Muñoz, el Tajo ya nos duele. Estos días atrás, el Campo de Calatrava firmó su adhesión a esta infraestructura tan importante para su supervivencia. Y se ha hecho gracias al acelerón que le han dado desde la Junta de Comunidades y la Confederación Hidrográfica del Guadiana ante el estado tan precario en el que se encuentra la Vega del Jabalón. 
En Caracuel se escenografió la necesidad de aparcar la confrontación en una materia donde se juega tanto. Al presidente del PP de Ciudad Real, a su vez presidente de la Mancomunidad del Agua del Campo de Calatrava, no le importó -a Núñez quizá sí- firmar esa adhesión ante la presencia del presidente del Ejecutivo regional, al que dos días antes le había calificado de «Sanchista asustado». En estas lides, Emiliano García-Page sabe manejarse con soltura a la hora de identificar cuál es su objetivo y alejarse del frentismo en una comunidad autónoma a la que no le gustan los extremismos. Sus 'coqueteos', por ejemplo, con Feijóo -para indigestión de propios y ajenos- van en una línea presidencial que ha ido construyendo con proyectos como el de la Tubería, que beneficiará a más habitantes de municipios gobernados por el PP (20.000) que por el PSOE (16.400) enganchados a este ramal del agua en el Campo de Calatrava. Es en este tipo de iniciativas donde las frases tipo 'gobierno para todos' en los inicios de los mandatos gozan de su mayor significado. Y donde se construyen las mayorías en las urnas. Con Cospedal, por ejemplo, no se hubiera producido esa foto. Cuestión de estilos.