Más camas, más visitantes y, lo que importa, más pernoctaciones y más negocio. El turismo rural provincial vive su 'edad de oro' con un boom de este tipo de alojamientos que ofrece ya más de 2.000 plazas para atender una demanda histórica: durante el año pasado se superaron, por primera vez, los 45.000 turistas con más de 100.000 pernoctaciones. Nunca antes tanta gente pasó tantas noches en algún establecimiento de turismo rural en la provincia. Siete de los 12 meses del año marcaron un récord de pernoctaciones, pero el sector recibe estas cifras con algunas reservas.
La provincia aparece como el destino rural número 33 en toda España. En un año ha adelantado a Córdoba, Alicante y Pontevedra, pero se ha visto superada por Badajoz en un contexto en el que «la gente sigue saliendo de viaje, pero gasta poco y ha vuelto a elegir destinos de sol y playa frente al interior tras pasar por lo peor de la pandemia».
Es el sentir que trasladan responsables de negocios instalados en las proximidades de los dos parques nacionales de la provincia, Cabañeros y Las Tablas, y del parque natural de Ruidera. Su impresión es que otros años les ha ido mejor, no por el dato de visitantes, pero sí por todo lo que rodea al turista, como la contratación de rutas o el propio negocio hostelero. Ahí no se han cubierto las expectativas que se abrían ante esas cifras históricas de visitantes. En Daimiel, por ejemplo, el año se cerró «con un importante bajón» de todas esas actividades paralelas con respecto a otras temporadas. Así lo explica Jesús Pozuelo, de la asociación turística Tablas de Daimiel y responsable de la empresa Destinos Manchegos. «Al estado de sequía que atravesaban Las Tablas se sumó el cierre del principal itinerario por las obras de restauración», dijo.
En Cabañeros, el presidente de la Asociación de Ecoturismo, Eladio Gómez, reconoce, en declaraciones a este medio, que el visitante que llega al parque lo hace con «menos disponibilidad de gasto» debido, argumenta, a factores como la subida de la energía y de otros muchos productos como, por ejemplo, la alimentación. Aún así, Cabañeros sigue siendo la opción de muchos para disfrutar del turismo nacional, aunque a pesar de ello se siguen sin alcanzar las cifras prepandemia llegando a superar los más de 100.000 visitantes al año. Por ello, con el objetivo de aumentar el número de turistas se está trabajando en un Plan de Sostenibilidad Turística y en la promoción con iniciativas como la marca Cabañeros.
subida de tarifas. Desde la patronal del sector turístico instan a analizar la evolución de parámetros como el grado de ocupación de las plazas o la estancia media, por debajo de los últimos años, o los ingresos por habitación disponible en un contexto inflacionista «en el que todo sale más caro». De hecho, responsables de establecimientos de turismo rural consultados reconocen que ante el encarecimiento de los costes y de la factura energética «no ha quedado más remedio que subir las tarifas. Y estamos a la expectativa de ver cómo va a responder el turista». En los hoteles urbanos, por ejemplo, no ha llegado a los 20 euros de ingresos por habitación, con unos precios que, de media, han subido tres euros con respecto al año anterior.