Aunque el olivo es un árbol que parece aguantarlo todo, esta sequía puede arruinar la próxima varea. La vicepresidenta de Asaja, Blanca Corroto, señala que se trata de un árbol que se deshace de la producción que no puede soportar. Por eso están en alerta con lo que pueda ocurrir tan tantas semanas sin llover. Asegura que en estos momentos «en los olivos hay aceitunitas pequeñitas», pero teme que «va a llegar septiembre y como siga sin llover, el árbol va a tirar lo que tiene y no vamos a tener campaña de olivar en Toledo, ni en Ciudad Real, ni en Cuenca ni en ningún sitio». 

Corroto precisa que cerca del 85 por ciento del olivar es de secano, lo que se conoce como olivar tradicional, y reconoce que llevan años pidiendo ayudas específicas, pues además es un importante elemento medioambiental: «Tiene hoja verde los 365 días del año, hace una labor medioambiental fundamental para este país, ayuda a que nuestro pueblos no se queden despoblados».

Añade que el problema de esta sequía no solo se quedaría en esta campaña, sino que va a alargar la recuperación de aquellos árboles que se habían podado hasta las cruces a raíz del impacto que tuvo la nevada de Filomena y las heladas posteriores. Calcula que un árbol podado así se podía recuperar entre cinco y seis años, pero esta sequía lo va a retrasar. 

En cuanto a la vendimia, no cree que en Castilla-La Mancha se vayan a hacer 20.000 contratos de trabajadores como pronostica CCOO, sino que lo rebaja a 5.000. Explica que la campaña va a ser más corta «por la sequía que tenemos» y que además se nota la reestructuración y que cada vez la recogida está más mecanizada.