Antonia Cortés

Desde mi ventana

Antonia Cortés


Llueve sobre mojado

09/02/2023

Llueve sobre mojado. Cae la destrucción sobre la destrucción. Más incertidumbre a la incertidumbre ya existente. Más dolor cuando aún no ha sido posible curar el que se arrastra desde hace años, nada menos que doce. Porque Siria, recordemos, sigue en guerra, aunque nuestras miradas tengan otro enfoque, otro destino. No solo Ucrania se desangra día a día. No solo la sinrazón se adueña de este país. El olvido llega pronto cuando no se quiere recordar. La cotidianidad crea cansancio y se convierte en frialdad, como esos ojos que se clavan y que solo transmiten indiferencia.
Poco se teme cuando casi nada se tiene que perder. Todo es temor y terror cuando se descubre que hasta ese casi desaparece. ¡Qué cruel es la vida a veces! Esa que no se cansa de golpear, una y otra vez, y siempre a los más vulnerables. La pobreza atrae más pobreza. Como si la desesperación entonara cantos que engatusan a la muerte.
Y, en ese escenario, la tierra se mueve con una brutalidad atroz. Tiembla Siria, con su complicada situación para que llegue la ayuda humanitaria; tiembla también Turquía. Miles y miles de muertos -se habla ya de más de 12.000- se encuentran entre los centenares de edificios caídos, sobre las calles de grandes y pequeñas localidades, en las morgues improvisadas… Cadáveres que muestran que aún quedaban muchas historias por escribir, que ahogan las palabras y secan las lágrimas como los ríos que olvidaron sus cauces.
Nadie está a salvo de lo sorprendente, de los desafíos de la naturaleza que se rompe con rabia y nos rompe. Huele a muerte en tierra de muertos. Nuevos escombros bajo los escombros. Un grito, dos, mil. La esperanza ahora se grita, tiene la melodía de un llanto, de un lamento. Silencio. Más. El silencio es el puente a la luz. Ser escuchado, en estos momentos, conseguir alzar la voz desde las profundidades del infierno, significa volver a nacer. Y estremecen las imágenes que hablan de vida entre tanta muerte. Que paren el tiempo… por favor.
Ha temblado la tierra. No hay agua, no hay luz, hay mucho frío, hay demasiada desesperación.
Siria. Turquía. Organizarse, movilizarse, quitar escombros, buscar, todo con el único fin de llegar aún a tiempo. ¿Cuántas realidades hay en cada realidad? Más de 50 países se han trasladado a la zona de la catástrofe para extender un poco de esperanza. Allá está el Ejercito español con la UME, los bomberos de Madrid, policías, las ONG y muchos cooperantes y voluntarios anónimos. La solidaridad se convierte en titular, pero el titular en unos días empezará a desvanecerse, se irá borrando como la memoria con la entrada de los años. Los miles de especiajlistas y ciudadanos que se han trasladado a estos países regresarán a sus destinos, a sus trabajos. Entonces, la tristeza enorme que provoca este presente desgarrador dará lugar a un futuro inmediato lleno de soledad e incertidumbre.