El lunes pasado, Juan Luis Escobar y María Jesús Márquez recibieron un mensaje por Instagram que puso su mundo patas arriba. Yuliana Fil, la hermana mayor de Yesenia, una niña ucraniana que la familia lleva tres años acogiendo, les pedía por favor que fueran a por ella, que la recogieran en la frontera de Ucrania y se la trajeran a España para que no viviera una guerra. Sin pensarlo dos veces, al terminar de comer, se llevaron un par de mudas y se montaron en su coche en un viaje solidario que les ha llevado a realizar 3.500 kilómetros y cruzar toda Europa, para regresar con Yesenia, de 12 años, pero también con su hermana mediana Liubava, de 14, y con Varya, de 10. Son tres hermanas que logran escapar del horror de la guerra, gracias al apoyo de una familia que tiene sus vínculos con el país a través de la asociación Ciudad Real en Ayuda al Niño (Crean).

Cuando recibieron ese mensaje, la pareja se miró y dijeron en voz alta lo de irse a Polonia. "María Jesús pensó que estaba loco" y él pensó igual, pero al final Ignacio Cabrerizo, el secretario de Crean, les dio el último empujón, para que rescataran a las menores. "Nadie nos ha dicho que es una locura, más bien que es una aventura o una odisea", indicó Juan Luis Escobar. "Ninguno de los dos nos hemos echado atrás", y cuando piensan en lo que están haciendo, saben que no se hubieran quedado tranquilos sin saber lo que les podía ocurrir a estas niñas en Ucrania. 

La pareja, que trabaja en el Ayuntamiento de Ciudad Real, tomó una decisión en la que se han visto involucrados todos sus familiares, convertidos en parte de la logística para realizar este viaje. Su hija les ha servido para las redes y el apoyo de la parte burocrática para que las menores estén en acogida en Ciudad Real. Mientras, la familia de su mujer, en Cataluña, han servido de puente hacia Europa, para hacer la primera noche y también para seleccionar recorridos e ir reservando hoteles en su viaje. El martes ya dormían en Alemania y el miércoles llegaron a Polonia, donde, en principio, iban a recoger a las tres hermanas, pero los retrasos que había para salir en la frontera, hasta cuatro días, les obligaron a cambiar de estrategia y viajar a Eslovaquia, a la ciudad de Ubla. 36 horas estuvieron sin apenas descanso para encontrarse con las tres hermanas y montarlas en el coche. 

El largo viaje para evitar la guerra a tres niñasAhora, más tranquilos, ya que la primera parte del viaje solidario ha concluido, la pareja relata cómo emprendió esta "aventura" para salvar a las tres niñas. "Están tranquilas, cantando", relata Juan Luis, por teléfono, mientras cruzan Alemania. La idea es llegar el próximo sábado por la noche a Ciudad Real, a "su casa" donde "son una más" en la familia de este matrimonio ciudadrealeño y de otra familia de Miguelturra, con la que se quedará la mayor de las hermanas. "Vamos con tranquilidad, mirando por las niñas que llevan una semana dando vueltas, pasando frío y de todo".

En Ucrania, de la familia Fil quedan el padre, la madre y un hermano de las tres niñas que tiene 21 años. No podrá dejar el país, ya que todos los hombres mayores de 18 años deben estar en el país. Mientras, la hermana mayor, la que se puso en contacto con los padres, se quedó en Grosz, en Cacrovia. "La madre se despidió de las cuatro niñas. Estábamos a 7 grados bajo cero. Ella les daba besos y abrazos", estaba triste, relata Juan Luis, pero a la vez "aliviada" por que sus hijas pudieran irse de un país en guerra. No han podido hablar de nuevo con la familia. 

"Las niñas no tiene culpa de nada", señala Escobar, para explicar los motivos por los que es necesario evitar una guerra a los menores. De hecho, si hubieran cabido más en el coche, se hubiera llevado a otros niños. 

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