Doce sonómetros controlan desde este miércoles el ruido del Torreón al minuto. Se trata de una de las iniciativas financiadas por Europa, a través de la Edusi, y que bajo el epígrafe de 'Ciudad Real sin Ruidos', servirá para crear un nuevo mapa acústico, tras la pandemia, y que sirva para desarrollar la nueva figura que sustituye a la Zona Ambientalmente Saturada (ZAS) del Torreón. Para ello se han colocado estos aparatos en doce puntos estratégicos de la zona de ocio nocturno de la capital y que permiten estudiar el ruido que hay en cada momento e intervenir cuando haya concentraciones de personas, ya que mediante una aplicación web, servicios municipales, como Policía Local, pueden acudir cuando se superen los decibelios permitidos. 

«Se trata de un sistema de monitorización en tiempo real del ruido ambiental que tenemos», dijo la edil de Sostenibilidad, Mariana Boadella, quien explicó que los doce sensores que se han instalado son móviles, lo que permite, a futuro, monitorizar el ruido ambiental de otros barrios o zonas, en caso de que «haya problemas». 

La primera labor es actualizar el mapa de ruido que se hizo en 2019, «en prepandemia y en otra situación», una vez que se cuente con datos, para saber si se ha mejorado o empeorado, en esta materia. Hay que tener en cuenta que los nuevos sonómetros se ubican en los mismos puntos donde se instalaron para hacer aquel mapa, la diferencia es que entonces hubo 24 y ahora son 12. 

Doce sonómetros controlarán al minuto el ruido del Torreón - Foto: Rueda VillaverdeDespués, se lanzaría el borrador, que ya se está redactando, de la nueva Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE), la figura que sustituye a la actual ZAS. «Vamos a ver si incluimos más zonas que tienen problemas». En este sentido, el hecho de que sean móviles facilita que se puedan obtener estudios sobre el ruido del tráfico o el de las terrazas en otras zonas. 

«Lo bueno es que tendremos datos y vamos a ser ágiles al actuar con ellos», señaló Boadella. Se trata de una herramienta que ayuda a lograr «el difícil equilibrio», que hay entre el ocio nocturno y el descanso de los vecinos. La idea es tomar decisiones con mucha más rapidez, gracias a estos datos en tiempo real y alcanzar los objetivos de calidad acústica que hay en todas las ciudades españolas. 

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