Un verano incierto para las piscinas comunitarias

Agencias
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Los Administradores de Fincas avisan que la mayoría de las zonas de baño de las urbanizaciones privadas no pueden cumplir las exigencias de Sanidad y tendrán que seguir cerradas durante la temporada estival

Un verano incierto para las piscinas comunitarias

El buen tiempo comienza a hacer acto de presencia en toda España y, con él, llega la incontenible necesidad de refrescarse. Un ansia por darse un chapuzón que, en el caso de las urbanizaciones con piscina privada, puede verse frustrada este verano si el Gobierno no rectifica y flexibiliza las actuales condiciones exigidas para su apertura.

En previsión de que algo así pueda suceder, el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas (Cgcafe) recordó ayer al Ministerio de Sanidad que la orden publicada para la aplicación de la fase 2 del plan para la desescalada no resuelve diversas cuestiones relativas a los requisitos para la apertura de las piscinas que «la mayoría de las comunidades de propietarios no podrán cumplir».

En la mencionada normativa se establece un aforo máximo permitido del 30 por ciento, si bien la mayoría de las urbanizaciones privadas no disponen de ningún sistema de control sobre la cuestión, ya que «no hay personal responsable a cargo de la instalación que pueda limitar el acceso de los propietarios y, en los casos que disponen de socorrista, su competencia se limita a la vigilancia de la piscina».

Asimismo, dado que para acudir al recinto se debe obtener cita previa y organizar horarios por turnos, fuera de los cuales no se podrá permanecer en la instalación, según la orden, los administradores de fincas apuntan también que no es posible gestionarlo sin personal o al menos un teléfono, y «la inmensa mayoría de las comunidades de propietarios carecen de ambos recursos». A esto se suma que la competencia para regular la cuestión es de la Junta General de Propietarios y todavía no están autorizadas las reuniones de vecinos.

También conforme a la orden, en las zonas de estancia de los usuarios se debe establecer una distribución espacial para garantizar la distancia de seguridad de al menos dos metros entre los usuarios mediante señales en el suelo limitando los espacios.

Con la vista en la playa 

Mientras, en lo tocante a las playas, el Ayuntamiento tinerfeño de Arona, que ha estado trabajando durante las últimas semanas en el cribado, homogenización y desinfección de la arena, ultimaba ayer su apertura al baño el lunes 25, ante la más que probable entrada de todas las Islas Canarias en la fase 2. 

También se podrá tomar el sol desde ese mismo día en los arenales de San Sebastián, aunque La Concha se cerrará con marea alta, por lo que estará permitido solo su acceso para el baño o para realizar deportes acuáticos.

En el extremo opuesto, el Ayuntamiento de Barcelona se desdijo y finalmente no permitirá que los barceloneses se tumben al sol en las playas esta misma semana, aún en fase 0 avanzada, como avanzó el teniente de alcalde de Seguridad y Prevención, Albert Batlle.