El mercadillo de Navidad de Ciudad Real concluye su actividad, las casetas de la plaza Mayor se desmontaron ayer una vez que se bajaron los batientes de la jornada, mientras que los instalados en la calle General Aguilera y en la plaza del Pilar aguantarán hasta el viernes 6 de enero. Ya en la jornada del martes se desmanteló el buzón para los Reyes Magos, mientras que ayer se montó el escenario en el que los representantes del Ayuntamiento recibirán a los Reyes Magos. Este año han sido medio centenar de puestos los que se han distribuidos por los tres espacios habilitados para este mercadillo.

La mayoría de los vendedores consultados por La Tribuna se mostraron satisfechos con el resultado de la campaña. Por ejemplo, Félix Fernández, quien lleva varios años acudiendo con su puesto de lámparas de sal, minerales y cartas esotéricas. "Yo estoy contento, la gente ha cumplido, dentro de que hay una crisis, pero ha seguido comprando", apunta como su balance de su presencia que se inició a finales de noviembre. El puesto de Fernández es conocido entre los coleccionistas de minerales y piedras magnéticas, pero su producto más demando año tras año "siguen siendo las piedras de sal", aclara.

Por su parte, Alexa Millán que vende productos de bisutería y textiles y es la primera vez que acude a Ciudad Real, celebra su decisión de acudir a Ciudad Real, "la gente ha sido muy amable" y las ventas han sido buenas, con una mayor concentración "en los días 24 y 25 y el 30 y 31 de diciembre, y ahora que se acerca el Día de Reyes también está subiendo".

Otro que se ha estrenado en la capital es Antonio Zárate, peruano residente en Madrid que vende peluches y otros juguetes. "No me puedo quejar", responde cuando se le pregunta por su valoración y señala que ha encontrado "un público excelente que disfruta la Navidad". Normalmente acude a mercados medievales pero nunca había estado en Ciudad Real, pero le llamó la atención que "es un lugar pequeño pero que no para, siempre hay mercadillos".

El contraste con esta visión positiva lo marca Edward Durán, que desde su puesto de patatas asadas y jamón, señala que "he tenido mucha menos gente que cuando vengo con el Mercado Medieval", hasta un 80 por ciento menos, señala. Únicamente en los días señalados, como Nochebuena, Navidad y Nochevieja, la respuesta del público ha sido un poco más intensa.