El periodo de recesión que vive la Berenjena de Almagro lleva a sus principales responsables a una búsqueda constante de nuevas vías de potenciación, tanto en lo que respecta al mercado como al interés de los agricultores. Por ello, en vista de la creciente demanda de alimentación ecológica que manifiestan los consumidores, la IGP Berenjena de Almagro se encuentra manos a la obra en el desarollo de un plan de trabajo cuyo fin es el de «cultivar una Berenjena de Almagro ecológica y crear un producto lo más natural posible».

Así lo avanza a este periódico el presidente del Consejo Regulador, Ramón González, quien especifica que la decisión viene motivada porque «vemos que el mercado de la alimentación sigue la línea ECO y que los clientes demandan alimentos más saludables, naturales y sin aditivos industriales».

González remarca que este proyecto de conversión, presentado durante la primavera al director del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (Iriaf), Esteban García, y que empezó a concretarse esta misma semana, abarcará las dos fases que incumben al alimento: la del cultivo y la del procesado y encurtido. Para ello, señala que ya está creado un consorcio científico-tecnológico entre los científicos del Iriaf y los del área de Investigación y Desarrollo de la UCLM. Los primeros asumirán la búsqueda de sustitutos a los plaguicidas industriales, mientras que los segundos harán lo propio con la eliminación de aditivos.

Pese a que aún es un proyecto por definir, el presidente de la IGP incide en que esperan dar el pistoletazo de salida de cara a la próxima campaña, «en junio, aproximadamente». 

(Más en la edición impresa)