Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


El VAR...

07/10/2022

Aunque el titular correcto era 'El insoportable delirio de algo bueno como el VAR en manos del ser humano'. Comparecía Christophe Galtier, técnico del Paris Saint-Germain, con cara de poco amigos. Realmente no tiene otro gesto, pero estaba aún más cariacontecido que de costumbre: «No entiendo cómo se aplica el VAR». Se refería a varias acciones concretas del Benfica-PSG, pero perfectamente podía hablar de una jornada estrepitosa con lo sucedido en la víspera en el Oporto-Leverkusen, donde el videoarbitraje anuló un gol visitante por una 'faltita' cometida a 40 metros y 10 segundos del tanto, o donde se anuló un gol al Oporto porque en la jugada inmediatamente anterior se había producido un penalti a favor de los alemanes; o a lo que pasó en el Inter-Barça, donde el VAR sí intervino («Vete a verlo, José Luis») para avisar a Vincic de que la pelota había rozado en la mano de Ansu Fati en un gol que anularon a Pedri, pero no lo hizo («José Luis, todo correcto, no vayas») en unas manos descaradas de Dumfries en el último minuto; o lo que sucedía ese mismo día en Sevilla, donde le quitaron una tarjeta roja a En-Nesyri porque 40 metros atrás Adeyemi había rozado la espinillera de Jesús Navas y el colegiado, a instancias de los ocupantes de la 'sala VOR', se fue a ver tal incidencia en la 'pantallita'. 
El videoarbitraje es algo bueno, de ahí no nos sacarán a los que hemos visto su aplicación en el rugby, en el baloncesto, en muchos otros deportes donde se hace justicia de una manera casi inmediata. Pero las normas del fútbol, tan cambiantes y volátiles, dadas a tanta interpretación, propician el caos. 
Y el caso es que si nadie es capaz de uniformar las reglas de una maldita vez, el VAR no solucionará ese caos, sino que, en todo caso, lo hará más y más grande.