Nuestros políticos -recuerden que a todo, incluso a esto de la política, la tergiversación y la mentira, hay quién gane- no son capaces de dominarse, controlar nervios y dejar de mentirnos, cada cual a los que no son votantes de cada personaje elegido, ni en las fiestas, en general y hasta en almirante, más entrañables del año. Refiérome, como es fácilmente comprensible, a las fiestas de Navidad, en las que casi todo el mundo es capaz de ponerse de acuerdo en algo o con alguien, suavizar situaciones o malentendidos, o limar asperezas con el limatón adecuado; excepción hecha de los aludidos políticos nuestros, o los Putin y los Zelenski, y los aficionados del Atleti, o ¿Atlético?, con respecto, muy especialmente, al Real Madrid. Pero ¡aquí no!, pues menuda ha sido España, desde que se veraneaba en Atapuerca y vecinos, en eso del orgullo, la altanería y la soberbia, defectos estos muy arraigados en el suelo patrio, incluidos aquellos territorios que quieren, han querido y querrán, volar libres, aunque con ello pierdan, más que ganen, un poco, o una mitad, -nunca un mucho- de lo que les sería propio conservando la unidad y aprovecharse de todos los numerosos beneficios y privilegios que los gobernantes de Madrid, o Toledo, o Valladolid, cada cual en su época y en la capital que le tocaba ir a pedir. 
Aquí, ya lo vemos, siguen las descalificaciones, los insultos más o menos rancios y agrios, y las mentiras, sobre todo las mentiras, tanto contra el enemigo político de turno como contra lo que ese político al que le toca que le toquen, sino la cara, sí la moral, la dignidad y el orgullo. Y ello con un único fin; descalificar y extender un toldo de dudas e ineficacia, cuando no algo más, sobre el que nos quiere, me refiero a ellos, quitarnos cargo, sueldo y gabelillas, que todo suma al final. Y si no, ahí tienen la descalificación, con remate final, de que el único problema del PSOE, la izquierda propia del PSOE, más la alquilada y los que no votan, ni ven, ni oyen, ni barruntan, es el PP. ¡Joer con el PP!, no sabía yo que tuviesen tanta importancia. Tienen hoy, según los coleguis de Tezanos, como casi 150 escaños para luego más adelante, pero como no anden más listos y más al loro que ahora mismito, puede, el PP insisto, hacer bueno a Tezanos y no tener fuerza ni para dar el salto de la comba. 
Puede que en esto de dar saltos, o asaltar cuarteles generales electorales y de gobernanza sean los comicios regionales de primavera los que nos digan por dónde vamos. La heredera de Esperanza Aguirre se está pasando de rígida o, como dicen por Tomelloso y la comarca, incluso por Ruidera, está pisando la tomiza, lo que no es buena cosa.