La Solana volvió a volcarse en el Día del Bocadillo, la actividad estelar de la campaña contra el hambre de Manos Unidas. Dos años después, tras el parón obligado por la pandemia, se dispensaron más de un millar de bocatas, en una jornada que movilizó a todos los centros escolares de la localidad y mucho público en general.

La Casa de la Iglesia y la iglesia de Santa María fueron los puntos de recogida. En ambos emplazamientos se distribuyeron la veintena de miembros del grupo de misiones, catequistas y voluntarios que colaboraron en la preparación de los bocadillos. Los ampas de los colegios también hicieron lo propio para dispensar los panecillos entre el alumnado.

Vicenta García-Valenciano y Mari Toni Serrano Marín, dos voluntarias con una arraigada tradición en esta cita, reconocieron estar muy contentas por recuperar la actividad y por la respuesta obtenida. "Después de dos años de ausencia, da mucho gusto estar aquí otra vez, y la gente está respondiendo muy bien". Cerca de las dos de la tarde, momento en que fueron entrevistadas por la prensa local, reconocieron que estaban algo desbordadas. "Parece que nos hemos quedado cortas y tendremos que pedir más panes, pero eso bueno. Cuanto más se venda, más se recaudará".

La Solana: Volcados en el Día del Bocadillo

A esas horas habían elaborado 1.170 bocadillos y estaban a la espera de confeccionar algunos más para atender toda la demanda. Una parte del pan es donado por las distintas panaderías de la localidad y el resto, se compra. Lo mismo ocurre con el fiambre, según indicaron, argumentando que lo adquieren a precio de coste. En cualquier caso, la inflación se ha notado de forma notable. "Todo ha subido mucho y el año que viene habrá que subir el precio del donativo".

Las parroquias solaneras, pertenecientes al Arciprestazgo Mancha Este, abanderan esta y otras actividades que se realizaron durante el fin de semana para colabora con la campaña contra el hambre Manos Unidas. Por un lado, se vendieron múltiples objetos de merchandising en las puertas de las iglesias, además de sumar el dinero de las colectas de las eucaristías. Todo lo recaudado, se enviará a la Delegación de Manos Unidas para lo distribuya en los proyectos más necesarios que se llevan a cabo en múltiples países de todo el mundo.