El comercio a pie de calle muestra signos de necesitar una revolución o un plan de choque para superar la revolución digital y los años de crisis. Cada vez es más normal ver repartidores a cualquier hora del día, dejando paquetes, y locales con carteles de se alquila en cualquier calle de España. Como muestra basta con decir que desde 2007, en que se empezó a publicar por provincias el directorio central de empresas, nunca se habían registrado tan pocos comercios de proximidad, los llamados al por menor. En concreto, el pasado año se cerró con 6.796 comercios en este directorio, casi un millar menos de los que hubo en ese primer año de datos, cuando eran 7.741 los inscritos, un 12,2 por ciento desde que existen estas cifras. Todos los años, salvo 2015 en que hubo un ligero incremento, ha habido descensos en estas cifras, que en un vistazo general implica que en la última década, desde 2008 hasta ahora, se ha cerrado un negocio cada 4 días en la provincia, 909 menos en los últimos diez años y se ha perdido el 11,7 por ciento de los comercios que existían en la provincia.
«El comercio electrónico y las multinacionales están comiendo la tostada al pequeño comercio», expuso el presidente de la sectorial del Comercio de Fecir, León J. García. Desde el organismo de la Federación Empresarial apuntaron que estos datos deberían poner sobre aviso a las administraciones «tanto a nivel local, como regional o estatal para que se tomen medidas oportunas y que esto no siga creciendo». «De seguir así esto va a ser una sangría del comercio de proximidad», dijo García.
García recordó que los negocios que desaparecen a pie de calle no se reconvierten en negocios digitales, y expuso que no hay equivalencia entre el comercio tradicional y digital, porque lo que ocurre en la realidad pasa en lo digital. «Los que más venden en internet son los que más venden de forma presencial» por lo que «multinacionales y grandes superficies» son las que obtienen más beneficios.
La situación no es exclusiva de la provincia de Ciudad Real y se repite en el resto de la región como Toledo, donde se han cerrado 910 comercios desde 2007, el 10 por ciento, y está a punto de tener menos de 8.000 establecimientos de proximidad. En Albacete son 738 los comercios cerrados, el 12,70%, y se encuentra en los 5.075. Cuenca y Guadalajara, que empezaron con menos negocios, 3.035 y 2.193 respectivamente, llegan a 2018 con 2.746 y 2.087, un 9,52% y un 4,83% menos de negocios. En la región la caída media de estos 11 años es del 10,8 por ciento, con 2.980 negocios cerrados. Se cierra un negocio en la región cada 1,2 días en la última década, con una estadística que solo se mantuvo en 2015. «Es un hecho generalizado a nivel nacional».
un plan nacional. Desde la sectorial de comercio provincial argumentaron que estos datos generales muestran que es necesario que «un plan de recuperación del pequeño comercio o un plan para parar una situación que está en paliativos». «De seguir así van a ser bastantes los cierres», dijo García, quien puso como modo de ejemplo que hay que aplicar «medidas proteccionistas» y otras de tipo económico. Entre las primeras iniciativas se encuentran aspectos como los periodos de rebaja cuya liberalización es de «lo peor que ha ocurrido al comercio». Al igual que los horarios, «ya que, cuanto más apertura que haya, es peor para el pequeño comercio». García recordó que un pequeño comercio «no pueden competir con las grandes superficies» en los domingos, una situación, recordó que «va en contra de la conciliación laboral y familiar porque un empleado lo que quiere es descansar un domingo, no un martes, porque dónde va si su familia trabaja». En los económico se incluyen propuestas como ayudas al alquiler o las cuotas a la seguridad social.