El cura de Villarta achaca homosexualidad a la falta de cariño

F. J. R.
-

El párroco de Villarta de San Juan alega en un homilía, celebrada en Consuegra (Toledo), como causa una «carencia no satisfecha» de contacto físico por parte del padre

Un cura achaca la homosexualidad a la falta de cariño

 

La ermita del Cristo de la Vera Cruz de Consuegra (Toledo) acogió el pasado viernes, 16 de diciembre, el triduo de la Virgen de la Esperanza con una homilía que sorprendió a los asistentes por su contenido. En relación al deseo de corazón, como necesidad de amar en busca de la felicidad y vinculado al deseo de Dios, el párroco de Villarta de San Juan, Cinco Casas y Arenas de San Juan, Óscar Martín Biezma, introdujo en su sermón una sorprendente explicación de la homosexualidad.

«¿Por qué siente eso? Pues en muchos casos eso procede de una carencia no satisfecha en los comienzos de su vida, en los primeros años de su vida. Una persona que nace con una sensibilidad especial, más sensible, más necesitado de atención, de afecto, de besos, de abrazos, de juego... de contacto físico con su padre. Pero el padre no se lo ha dado, o no le ha dado lo suficiente; no le ha dado el cariño que necesitaba. No por maldad, no por negligencia, porque ese padre ha tratado y ha dado cariño por igual a todos los hijos, lo que pasa es que ese niño necesitaba más», afirmó el sacerdote, que es natural de Consuegra y párroco en la provincia de Ciudad Real, durante el triduo de la Virgen de la Esperanza.

Además, Martín Biezma añadió que «ese agujero, esa carencia, queda ahí y sale; y acaba saliendo. Y acaba saliendo confundida. Como somos una unidad, deseo el contacto, el cariño que no he tenido en la figura masculina, pues eso nace con ese contenido sexual, pero lo que busca es un afecto sano, un cariño sano de otro hombre, lo que no ha recibido de niño. El amor sano de un amigo. El cariño, la cercanía, al abrazo sano y casto de un amigo», añadió sobre la cuestión del origen de la homosexualidad para, acto seguido, dar una solución: «Y así, si él quiere, con un poco de esfuerzo, y con una ayuda como la que digo, puede cambiar su situación».

No es la primera vez que este sacerdote trata de forma polémica la cuestión de la homosexualidad. En el año 2020 le negó, en Villarta de San Juan, la comunión a un vecino que estaba casado con otro hombre, aduciendo que se encontraba en pecado. Finalmente, este joven, muy implicado en la vida religiosa de la localidad ciudadrealeña, se reconcilió con el párroco, al que agradeció «el perdón y arrepentimiento sincero recibido del párroco, tanto por privado como en público».