En julio estaba tumbado en la playa esperando que empezara una nueva temporada con su club. Seis meses después ya tiene en su palmarés una medalla de bronce olímpica y una plata en el Europeo que acaba de finalizar Hungría. Miguel Sánchez-Migallón regresa ya a Polonia para incorporarse con el Kielce luciendo en su cuello una resplandeciente medalla que, si el domingo al terminar la final contra Suecia tenía un regusto de amargor, ayer la saboreaba con una sonrisa en la boca y una gran sensación de orgullo. «Sería injusto no valorar este subcampeonato. Esta medalla de plata nos la merecemos por el trabajo que hemos hecho», resumía en declaraciones a La Tribuna mientras esperaba en el aeropuerto su vuelo de regreso.
Los 'Hispanos' estuvieron muy cerca de encadenar su tercer título continental. La derrota por la mínima (27-26) ante los suecos fue un trance «un poco duro, porque estuvimos muy cerquita del oro». Fue cuestión de detalles, acabando por ese último ataque en el que no se sancionaba una clara acción de falta sobre Joan Cañellas. Para el ciudadrealeño, la clave fue que la defensa no estuvo a su mejor nivel. «No fue nuestro mejor partido. En defensa no estuvimos tan sólidos como en la semifinal contra Dinamarca. Ellos jugaron muy bien y Gottfridsson nos hizo mucho daño. En deporte este tipo de partidos se deciden por detalles, pero pese a la derrota, creo que debemos estar muy contentos», analizaba el jugador del Kielce.
A sus 26 años de edad, Miguel Sánchez-Migallón acaba de empezar su carrera en el balonmano de máxima élite. El exjugador del BM Logroño ha llamado a la puerta de la selección absoluta y ya cuenta con toda la confianza de Jordi Ribera. Forma parte de un grupo de jugadores jóvenes y novatos en estas lides que está llamado a asumir al relevo generacional de los Entrerríos, Aginagalde, Morros y compañía. Y a fe que están haciendo méritos para que se cuente con ellos. «Creo que ese cambio generacional lo estamos haciendo bien. El equipo está funcionando y la selección sigue siendo muy competitiva, que es lo que importa. Lo hemos dado todo en la pista y seguiremos luchando por ello».
Dos medallas diferentes
A Sánchez-Migallón esta medalla le ha sabido tan bien como el bronce olímpico en Tokio. En aquella ocasión llegaba a la selección con el torneo ya empezado, de un modo «atropellado», mientras que en este Europeo ha formado parte del equipo desde el principio. Una sensación «diferente», sin ocultar que «sólo el hecho de participar en unos Juegos fue algo increíble», aunque reconociendo que «en este Europeo he disfrutado muchísimo».
Después de esta meritoria medalla de plata, el próximo reto de los 'Hispanos' es el Mundial 2023, que se celebrará precisamente en el país donde juega Miguel Sánchez-Migallón, Polonia, que compartirá sede con Suecia. Jordi Ribera realizará la primera concentración de 'hispanos' por el mes de marzo, y allí espera estar el defensor ciudadrealeño, aunque ni mucho menos lo da por hecho. «En esta selección nadie tiene el puesto asegurado. Yo seguiré trabajando como siempre».